Un saludo especial para todas esas mujeres.
Crearon o inventaron el Día de la Madre. Y el Día de la Madre es todos los días. Es esa persona no solamente la que “parió” hijos, sino esa mujer que todos los días piensa en ellos y en cada uno que anida en su corazón.
Madre, no es una persona, es un sentimiento de abrigo, de protección, de una fuerza divina que le permite hacer y volar con la fuerza que sólo Dios puede darle, por haberle permitido ser mujer.
Una mujer cuando logra ser fuerte, con palabras sabias, con caricias que alivian, con la mirada que sana, es porque es madre. Una mujer que logra ser madre, tiene el perfume que la distingue de todas, por la sensibilidad y el amor que es capaz de dar, es capaz de saciar al corazón sediento, huérfano o dolorido.
Dios creó a las madres, con el don de la paciencia, del amor, de la fuerza, esa fuerza que aún en la debilidad, o en su lecho de enfermo, sus palabras son saetas, y su mirada el silencioso lenguaje de su alma.
A todas a las madres del mundo, que Dios las siga bendiciendo.