Esta última semana, Chaco y Corrientes vivieron jornadas de tensión ante amenazas de suicidios.
Desde el martes, Corrientes amaneció con la noticia de que un preso del Penal N° 1, amenazaba con tirarse de la torre del edificio, porque se le habían restringido las visitas. Luego de un diálogo con los policías y la fiscal, Sonia Meza, logró acceder a su pedido.
Este miércoles, en Chaco, se registraron dos casos particulares: Uno en Villa Ángela, donde una mujer se subió a la antena de Canal 9 de la localidad donde esperaba que se le otorgue una vivienda; el otro episodio se dio en el techo del Hospital Pediátrico, donde trabajadores precarizados esperaban que regularicen su situación.
La mujer logró bajar de la torre y fue recibida por autoridades municipales, mientras que los 54 trabajadores del Pediátrico, a través del programa "Juntos podemos", no obuvieron respuestas, aunque aceptaron bajar del sitio. Por esta razón, en la jornada de este jueves iniciaron un paro por tiempo indeterminado.
Al parecer, las medidas de fuerza como los paros por varios días o manifestaciones en las calles, ya perdieron fortaleza para un sector de la comunidad, la cual decide protestar de otra manera, con mayor peligro, pero con respuestas más rápidas y concretas.
Ante la presencia de los medios de comunicación, quienes deben dar respuestas se ven obligados a buscar una alternativa rápida que haga desistir a quienes amenazan con perder la vida. ¿Estará naciendo una nueva modalidad de reclamo en la región? Esperemos que no.