La situación de las familias inundadas por la crecida del Río Paraná en la provincia del Chaco se torna más angustiante con el correr de los días y en especial en la víspera de la Noche Buena y Navidad.
Los pronósticos de la Administración Provincial del Agua son poco alentadores e indican que el caudal tardará en bajar y que recién a mediados de marzo la situación se normalizaría, por lo que es probable que hasta ese momento los afectados no volverán a sus casas.
Camino al Club Náutico, por la avenida Maipú de la localidad portuaria de Barranqueras, se observa la presencia ranchos donde viven aproximadamente 15 familias que se vieron obligadas resguardarse de la crecida del río.
“Hace 42 años que vivo acá y en todo este tiempo hemos subido y bajado muchas veces, por lo que ya sabemos de esto”, cuenta Manuel Oviedo, otro de los afectados por la inundación.
Manuel, que vive junto a su mujer Gladys y sus cinco hijos, recuerda que pasó por varias crecidas del Paraná pero que “pocas habían tardado tanto en que baje el agua”.
“De acá no nos queremos ir porque todos somos pescadores, vivimos de eso y es lo que nos da de comer”, dijo, y aseguró que si bien será una Navidad triste “porque con la lluvia de anoche nos cortaron la luz, algún pescado vamos a comer".
Orlando Castro es pescador y padre de 11 hijos, la mayor de 19 y el menor de un año y siete meses; todos, junto a su mujer Gladys y su nieto de apenas cuatro días, debieron refugiarse en una rancho de no más de cuatro metros cuadrados.
“No queremos alejarnos mucho de la casa porque allí dejamos algunas cosas y tenemos miedo de que nos las roben”, dijo Orlando a Télam, consultado sobre por qué no se trasladó a algunas de las escuelas dispuestas como albergues.
Contó además que la ayuda dispuesta por el gobierno provincial y el municipio de Barranqueras solo les permitió edificar el rancho “ya que nos acercaron algunas chapas de cartón y bolsas de nylon".
“Esta noche seguramente nos juntaremos las familias que estamos acá para compartir un momento con todos ellos”, adelantó Orlando, quien además ruega “que no llueva más porque de seguir así no vamos a poder tirar la línea al río”.
Otro de los afectados es Hugo Osuna, quien actualmente realiza changas ya que la cooperativa en la que trabajaba como albañil debió suspender sus actividades por falta de fondos.
“Ayer el río parecía que iba a empezar a bajar pero las lluvias de anoche hicieron que suba otra vez”, mencionó Hugo, que vive junto a su madre y un sobrino.
Comenta que el rápido aviso por parte de Prefectura Naval le permitió “salvar varias de las cosas que tenía" en su casa.
Él, como el resto de sus vecinos circunstanciales, temen que si se alejan de sus casas puedan ser víctimas de algún robo, por lo que junto a un par de familiares decidieron que la Navidad la recibirán en el lugar.
Prefectura Naval informó hoy que la jornada comenzó con un leve descenso de la altura del río, pero que la medición de la hora 12 indicó que tuvo un repunte de 4 centímetros para marcar los 7,23 en el hidrómetro del Puerto de Barranqueras.