La situación de la Presidenta tiene divido al país: hoy se realizó una manifestación para que renuncie, y el miércoles habrá otra para respaldarla.
Miles de personas salieron a las calles de más de un centenar de ciudades de Brasil para expresarse a favor de la destitución de la presidenta Dilma Rousseff, quien enfrenta un proceso de juicio político en el Congreso.
Las manifestaciones registraron una concurrencia menor que la que tuvieron otras similares en marzo, abril y agosto pasados, según coincidieron varios medios de comunicación locales.
No obstante, el oficialismo -que marchará este miércoles en defensa de la mandataria- la consideró como un "termómetro" para medir "la reacción de la oposición", afirmó una fuente del palacio presidencial de Planalto.
Los organizadores -grupos sociales que aseguran ser ajenos a los partidos políticos- ya habían advertido que las protestas serían menos masivas que las anteriores, debido a la poca antelación que tuvo la convocatoria.
Una de las marchas más concurridas fue la que tuvo lugar en Brasilia, donde se reunieron frente a la sede del Congreso unas 6.000 personas, según fuentes policiales.
Vestidos de amarillo en la mayoría de los casos y con un gran muñeco inflable que caricaturizaba a la jefa del Estado, los manifestantes cantaron repetidamente la consigna "Fuera Dilma".
En Río de Janeiro, la protesta de unas 5.000 personas tuvo lugar en la tradicional playa de Copacabana, donde camiones con altavoces divulgaban mensajes y consignas que reclamaban el cese del mandato de Rousseff, que comenzó el 1 de enero de este año luego de que fuera reelecta a fines de 2014.
JUICIO POLÍTICO
Rousseff afronta actualmente un proceso de juicio político que comenzó el martes pasado en la Cámara de Diputados y fue inmediatamente suspendido hasta este miércoles por el Supremo Tribunal Federal (STF, corte suprema), que hizo lugar a un recurso para determinar si el trámite contra la mandataria cumple con la Constitución.
La jefa del Estado está acusada de "delitos de responsabilidad" en relación con maniobras ilegales efectuadas por el Poder Ejecutivo en 2014 y 2015 con el objeto de "maquillar" los resultados fiscales, según determinó en un dictamen el Tribunal de Cuentas.
Paralelamente, la imagen de Rousseff y la de su gobierno están jaqueadas desde comienzos de este año por la impopularidad de las medidas de ajuste que adoptó ante la crisis económica.
También por el escándalo del multimillonario desvío de fondos de la petrolera estatal Petrobras para financiar campañas políticas, por el que están sospechados, procesados o presos decenas de políticos, empresarios y ejecutivos.