Tras realizar los trámites correspondientes, vecinos de Resistencia ya poseen su documentación de tierras.
El sentido de pertenencia impulsado por la gestión de la intendente Aída Ayala revalidó su potencial inclusivo, tras la entrega de títulos de propiedad a más de 30 familias de distintos barrios, entre los que se destacaban ciudadanos de raíces aborígenes.

El sábado por la mañana, los beneficiarios recibieron sus respectivos títulos por parte del jefe de Gabinete, Leandro Zdero, y demás funcionarios de la Municipalidad de Resistencia, que los habilita ahora como legítimos dueños de la tierra que habitan con sus familias.

La emoción y la alegría predominaron durante este sencillo acto desarrollado frente a la sede municipal, donde Zdero expresó que “Hoy, como tantos otras veces, cumplimos el sueño de muchas familias resistencianas”.

“Estos títulos que hoy ustedes reciben asegura edificar la casa, pero también edificar valores como la familia y el hogar. Es una inmensa alegría haber alcanzado más de 3500 soluciones en materia de regularización dominial y poder cumplir con estos sueños. Para llegar a este día se realizaron relevamientos, mensuras y trámites en el Concejo Municipal, lo que parece que se trata sólo de papeles pero detrás de todo eso hay familias, hay vidas y fundamentalmente hay sueños que continuamos cumpliendo”, enfatizó el jefe de Gabinete.

En cuanto a la continuidad de esta política inclusiva, Zdero manifestó que “me comprometo a seguir promoviendo esas acciones de dignificación a los vecinos de Resistencia, y a trabajar para que la gente tenga la tranquilidad de vivir en el suelo donde habita, con la ejecución de todos los pasos legales, sin falsas promesas a la gente y con medidas concretas”.

Familias que se consolidan

Entre los títulos entregados, parte de ellos fueron para familias radicadas en el barrio Chelliyi, que por su descendencia de pueblos originarios están habilitados a ser beneficiarios del proceso de regularización dominial en carácter de donación por parte del municipio.

Esto se debe al marco legal de la Ordenanza Municipal N° 7981 que contempla el reconocimiento a la preexistencia étnica y cultural de los pueblos originarios, garantizando así el respeto a su propia identidad, como también la posesión y propiedad de las tierras que tradicionalmente ocuparon.