Paso de la Patria es la villa turística por excelencia de Corrientes. Por la multitud que la visita frecuentemente y por el conglomerado que la pobló permanentemente para transformarla en una ciudad digna de ser vivida. Así lo entienden y atienden sus pobladores diariamente.

 



Sin embargo las autoridades provinciales no lo consideran de tal modo ya que no la jerarquizan como corresponde al ubicar un carrito de hamburguesas –con el perdón de estos nobles trabajadores de la plancha-, destinado a los efectivos de seguridad que efectúan el control policial en el portal de acceso al Paso, distante a solo 20 kilómetros de nuestra capital.

 



Más grave aún si, este ‘destacamento policial’, no goza de las mínimas condiciones laborales, que a la vez hacen a la salubridad del lugar de trabajo. Llámese red de agua potable, servicios de sanitarios (baños) y mucho menos redes cloacales.

 



Llama la atención porque se atiende casi hasta la exageración (¿algún raro interés o negociado?) a todo lo que significa el tema Iberá, a 300 kilómetros de Corrientes. Y no se da la atención correspondiente, o al menos en la misma medida a Paso de la Patria.

 

Para muchos el yacaré metió la cola de la política en este tema.

 



En un llamado a las autoridades provinciales y al municipio de Paso de la Patria; se plantea que a esta casilla de chapa, que visualiza condiciones precarias, se le atribuyera a cambiar por un espacio más confortable destinado a los agentes de las fuerzas de seguridad.

 



 

Se acerca la temporada de vacaciones y debería brindarse, más allá de una buena imagen al turista, las necesarias mejoras en las condiciones y medio ambiente de trabajo de los efectivos policiales.

 



Está en el acceso a la villa turística. Sin agua potable, sin cloacas. Por qué no le dan la misma importancia e interés a nuestra villa turística como lo es Paso de la Patria como si se lo dan al Iberá, sí de turismo se trata.

 



El negocio está en otra parte.