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Alemania del Este mira con nostalgia al 'hermano mayor ruso': «Todavía hay síndrome de Estocolmo»

Irina, de 57 años, tiene colgado en el pasillo de su casa un tapiz con la efigie de Lenin. Es uno de los pocos objetos que conserva de su padre, un valorado catedrático de Marxismo-Leninismo de Berlín cuya plaza desapareció tras la reunificación. Desde entonces, la familia vivió de una generosa subvención, pero perdió el prestigio y el futuro. Irina se formó como farmacéutica, pero nunca llegó a ejercer. Vive en Jena, en un adosado de tres plantas, y no tiene claro si el próximo domingo, en las elecciones regionales de Turingia, votará a la derecha populista nacionalista de Alternativa para Alemania (AfD) o a la izquierda nacionalisata populista de Alianza Sahra Wagenknecht (BSW) . El común denominador de estos partidos es que ambos son prorrusos y hostiles con las garantías democráticas liberales . Las encuestas predicen en Turingia una victoria de AfD (30%), seguida de la Unión Cristianodemócatra (CDU) (23%) y BSW (17%). En Sajonia, otro de los Bundesländer orientales que también vota el 1 de septiembre, CDU y AfD se disputan el primer puesto con alrededor del 30% de los votos cada una, mientras que BSW alcanza el 14%. Más o menos lo mismo ocurre en Brandemburgo, que votará tres semanas después. Incluso en caso de que no llegue a formar gobierno, AfD disfrutaría en el parlamento regional de Turingia de poder de bloqueo para la convocatoria de elecciones anticipadas, para las enmiendas constitucionales, la elección del presidente y de los jueces del Tribunal Constitucional regional, así como para la elección del presidente del Tribunal de Cuentas regional, que también requieren una mayoría de dos tercios. Alemania entera debate sobre cómo se ha llegado a esta situación en el este del país, pero Irina considera muy sencilla la respuesta: «nadie quiere aquí volver a la RDA, ¡cómo se le ocurre! Pero lo que está haciendo el gobierno de Berlín es un crimen. Nos están mentiendo en una guerra . Hay tanques alemanes en el frente de Ucrania y quieren estacionar armas nucleares estadiounidenses contra Rusia en suelo alemán. ¡Alguien tiene que parar esto!».Después de asistir el pasado martes a un acto electoral de AfD, en el que diez policías resultaron heridos tratando de proteger el evento de violentos manifestantes de extrema izquierda, Irina se reafirma en las mismas preocupaciones que los sondeos señalan como decisivas en estos comicios: la inflación, la delincuencia y la inmigración . Y para esos problemas, AfD y BSW ofrecen sencillas soluciones: sacar a Alemania del euro y expulsar a los inmigrantes .Noticia Relacionada estandar Si Reino Unido impone una línea roja a Zelenski: no usar sus misiles de largo alcance en territorio ruso Ivannia SalazarSi el voto populista y la desconfianza en la democracia triunfan en la región no es por motivos económicos. El reconocido Instituto Ifo confirma que «es, sobre todo, una expresión de una percepción de desventaja, no de una situación económica objetivamente menos favorable». Su subdirector, Joachim Ragnitz , afirma que, entre los alemanes orientales, «a menudo existe preocupación de que los actuales cambios no permitan mantener estatus, pero no hay una conexión con factores de fortaleza económica regional o una situación desfavorable del mercado laboral». «La RDA dejó tras de sí una sociología particular», señala el politólogo de la Universidad Martín Lutero de Halle-Wittenberg, «los votantes liberales de izquierda acomodados no están representados porque, de las 20 ciudades alemanas más grandes, sólo dos están en el este, Leipzig en el octavo lugar y Dresde en el duodécimo».«Las estructuras autoritarias están mucho más ancladas y las declaraciones chovinistas y xenófobas sólo son rechazadas por una minoría», continúa sobre el lejano este alemán; «especialmente en Sajonia, Sajonia-Anhalt y Turingia, una de cada dos personas desearía un \'partido fuerte\' y una \'comunidad völkisch\'». «Estamos tratando con personas parcialmente socializadas en una dictadura comunista », explicaba ya en 2021 el excomisario del Este del Gobierno alemán, Marco Wanderwitz , acallado entonces por demonizar la sociología oriental. Pero un estudio de la Universidad de Leipzig le ha dado recientement la razón. «Muchas personas en el este de Alemania ya no quieren la participación democrática y la salvaguarda de los derechos democráticos básicos, sino la aparente seguridad de un estado autoritario», ha confirmado el director del trabajo, Oliver Decker ; «y estas formaciones se ofrecen como un partido \'fuerte\' que por fin tomará medidas enérgicas contra la \'inmigración masiva\', la \'locura woke\', el \'terror de las turbinas eólicas\' y los \'medios de comunicación mentirosos\'».Si se le pregunta a cualquier Ossy, apelativo cariñosamente despectivo que dedican a los vecinos orientales los alemanes occidentales, se oye hablar de olvido y ninguneo. «Todo el mundo habla de Alemania del Este, pero nadie habla con Alemania Oriental», se queja Lisa Ksienrzyk , editora de WirtschaftsWoche, que se refiere a la Alemania vacía; «lo que el gobierno decide para toda Alemania tiene poco que ver con la realidad de la pequeña ciudad sajona o del pueblo de 500 habitantes en Mecklemburgo-Pomerania Occidental». «Los parlamentos regionales están formados en una medida no despreciable por personas que hicieron carrera en Alemania Occidental, un economista de Hamburgo ha decidido recientemente durante cinco años sobre el sistema educativo de Brandeburgo y un antiguo director de teatro de la región de Allgäu es el ministro regional de Medio Ambiente de Turingia», se queja.«La sociedad de Alemania Oriental sigue estancada hasta el día de hoy en una especie de síndrome de Estocolmo», añade Felix Ackermann , historiador y antropólogo especializado en el este; «ni en Leipzig ni en Schwerin o Berlín existe un recuerdo socialmente consolidado de la represión» y «en la vida cotidiana al este del Elba, mucha gente habla todavía de Rusia como del «hermano mayor», al tiempo que se perdió la percepción de territorio ocupado en países que no osaron levantar la voz contra Moscú hasta 1989. No está claro si causa o consecuencia de esta deriva política es, por cierto, la desaparición del Partido Socialdemócrata (SPD) , del canciller Olaf Scholz , que según los sondeos obtendrá el 6% en Sajonia y el 7% en Turingia. El gobierno fallido de la « coalición semáforo », junto con liberales y verdes, alimenta el voto de protesta. Incluso desde dentro del ejecutivo alemán, el verde Omid Nouripour ha descrito el semáforo como un «gobierno de transición», entre la fácilmente reconocible en el este «era Merkel» y un futuro que el este percibe como particularmente incierto.

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