A raíz del anuncio oficial por el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), un informe de la consultora Ecolatina advirtió sobre los posibles riesgos en la macroeconomía local, producto de acceder a un préstamo de la entidad internacional.
Si bien el estudio destaca el costo financiero de dicho acuerdo, que rondaría el 4% anual, argumentando que "sería más acotado en comparación con el que se obtendría en el mercado de capitales", señala con preocupación los costos que traerá dicho acuerdo.
"Los condicionamientos en materia de política económica no serán inocuos sobre la trayectoria de las variables macroeconómicas", considera la consultora.
En este marco, repasa las características del préstamo stand by. En primer lugar, son líneas flexibles en términos de duración, ya que pueden cubrir desde 12 a 36 meses. En condiciones normales, se otorga hasta un 435% de la cuota del país en el Organismo, lo que resulta en un monto máximo para Argentina de US$ 19.784 millones. "Sin embargo, el FMI contempla la posibilidad de ampliar estos parámetros en circunstancias particulares, por lo cual los montos que han trascendido son asequibles; este acceso excepcional implicaría un mayor escrutinio por parte de la Junta Ejecutiva del organismo en el cumplimento de las condiciones cuantitativas y cualitativas que imponga", consigna el informe.
Además, Ecolatina advierte que los financiamientos precautorios del FMI están diseñados como líneas de disponibilidad, pero no necesariamente como líneas de ejecución (el objetivo es que el país receptor cuente con la opción, más no la obligación, de utilización). De hecho, el Ministerio de Finanzas adelantó a principios de año la mayor parte de las necesidades financieras de 2018, atento a la esperada suba de las tasas de interés internacionales. Sin embargo, los condicionamientos que se imponen son ante la aprobación de la línea, aunque esta no se utilice.
"El FMI exige no solo un set de medidas económicas a partir del desembolso, sino también "acciones previas", a las que define como medidas que el país receptor se compromete a adoptar antes de que el Consejo Ejecutivo apruebe el financiamiento o complete una revisión posterior", argumenta la consultora.
"Argentina, tanto el plano fiscal (resultado primario del sector público) como el externo (cuenta corriente) se encuentran en situación deficitaria, cabe preguntarse sobre cuál se hará énfasis en reducir. Dado que el Gobierno Nacional ya cuenta con un programa de reducción progresiva en el frente fiscal (el cual incluso intensificó para 2018) y considerando también que el "gradualismo" permanece en el centro de la lógica política adoptada, y la continuidad del proceso político está fuertemente atada a ella, estimamos que los condicionantes se posarán en mayor grado sobre el equilibrio de las cuentas externas", concluyó.
Con la decisión de acudir al Fondo Monetario Internacional, el Gobierno apunta a obtener un respaldo del orden de los 30.000 millones de dólares equivalentes a 5% del PBI y más de la mitad de las reservas internacionales.