Al menos una revelación hubo en Corrientes en esta semana. El Gobierno radical de Gustavo Valdés admitió perder un crédito internacional cuyo objetivo era, según el propio mandatario, concretar una obra en salud pública. Bien pensando para los tiempos pandémicos que corren.
Fue entonces que recordé qué pasa con la Ley de Leyes (Presupuesto 2021), la norma de cálculos en gastos e inversiones que debe presentar el Ejecutivo a la Legislatura. Es decir: cómo será la proyección para correntinos y correntinas en el nuevo año del cual nos separan 69 días. Provincias vecinas como Chaco y Misiones ya lo hicieron. Ya tienen su ley de leyes luego de discutirlo en sus respectivas legislaturas.
Corrientes, como lo indica la tradición política de la administración que nos gobierna desde hace 20 años, ni siquiera habla de cómo son los cálculos económicos para 2021. Año que al igual que el 2020 seguirá marcado por el coronavirus.
¿Tiene pensado tomar deuda el gobernador Valdés? ¿Qué previsiones sobre nuevas fuentes laborales pensó el mandatario y su equipo para el año que viene? ¿Por qué dijo que Corrientes no pudo acceder a un crédito internacional? Es por el contexto nacional o el Estado correntino no es confiable a la banca extranjera.
Es importante hablar de estas cuestiones en un momento económico complicadísimo. Casi el 50% de la población correntina es pobre. Y lo peor es que antes de mejorar su situación es probable caiga de esa “categoría” para convertirse en indigente.
En los últimos años el Gobierno provincial jugó con los tiempos y envió el proyecto de Presupuesto en las últimas semanas de noviembre, justo antes de vencer el plazo constitucional, así no hubo tiempo de que pueda ser analizado por los legisladores. Se puedo manejar de esa forma con un Presupuesto prorrogado.
Claro que lo que “venderá” la administración radical será “la inversión salarial” para los pocos que tienen un trabajo relativamente estable que es dentro del Estado y llega casi a un 40% de la población activa de la provincia. Extraño eufemismo lo de llamar “inversión” a una obligación del Estado y un derecho del trabajador.
En un contexto 2021 que será mucho más complejo que el de 2020, la administración provincial debería agudizar el ingenio para seducir inversiones, pero reales. No eufemismos con los que medios de comunicación pagos vía pauta oficial, titulan los comunicados de prensa que reciben.
La administración radical publicitó justamente en estos últimos días que “cargó” en el proyecto de Presupuesto Nacional 2021, unas 35 obras cuyo destino es mejorar la vetusta infraestructura provincial y motorizar el empleo local. Pero eso solo no alcanza. Es una buena intención, pero sabemos que Corrientes en comparación con otros distritos del país, no es prioridad, y eso también es responsabilidad del Gobierno provincial y de sus legisladores nacionales. Por no gestionar adecuadamente. Gestionar no es enviar un proyecto al Congreso o a la Casa Rosada y esperar sentado a que lo aprueben.
¿Qué previsión hay para el año que viene con respecto a recaudación propia? A Mejoramiento de servicios básicos en la provincia, los que es bueno recordarlo, subieron estrepitosamente su tarifa esta semana (agua potable) siendo otro golpe en plena pandemia al casi 50% de pobres correntinos.
Es necesario el debate. Algo tan básico en un sistema democrático y que además es saludable a las instituciones. Sería además una buena señal a los mercados de afuera (nacionales y extranjeros) que la provincia al 1 de enero de 2021 tenga su Ley de Leyes sancionada y rigiendo en la provincia. No es muy difícil de lograrlo, solamente hay que trabajar unos meses antes de fin de año y tener decisión política de transparencia. Pero por, sobre todo, habilitar el diálogo.
También deberá prever qué hará el Estado provincial gobernado por el radicalismo, el año próximo con la pandemia. En el Presupuesto 2021 deberá calcularse esa gestión a realizar. Cómo gestionará la crisis sanitaria el gobernador Valdés el año próximo. Sobre todo, cómo la financiará. ¿Seguirá siendo a través del cobro compulsivo de testeos que después no se hacen?
Es verdad que en cuestión pandémica no se puede prever mucho. Pero deben hacerlo. Es su obligación como Estado y los ciudadanos tenemos derecho a saber qué pronósticos estipulan nuestros gobernantes para 2021.
Salgamos de la coyuntura, saquemos un poco la cabeza fuera del agua de lo cotidiano. Digamos, crezcamos un poco y hagamos una política sería para una provincia que necesita insertarse en el mundo y sobre todo en el siglo XXI.