Las dificultades comerciales causadas por la pandemia de Covid y la guerra en Ucrania han hecho que la Unión Europea vuelva a colocar a América Latina y el Caribe como prioridades. En tal sentido, planea una ofensiva diplomática para fortalecer los lazos económicos y culturales. La jefa de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, realizó una gira por Brasil, la Argentina, Chile y México. Y el 17 y el 18 de julio habrá una cumbre en Bruselas con los 27 jefes de Estado y de Gobierno y los países de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (Celac), bajo la presidencia española de la UE.
Tras décadas centrada en dinámicas geopolíticas, como el Brexit, el surgimiento de movimientos populistas dentro del bloque y una mayor atención hacia Europa del Este y Medio Oriente, la UE se moviliza para retomar sus relaciones con América Latina y el Caribe –fuertemente cortejadas por China y Rusia– a través de un “salto cualitativo” en sus relaciones políticas y comerciales. Bruselas creará un órgano permanente que servirá como engranaje institucional para fortalecer los lazos con la región, no solo los acuerdos económicos, sino la colaboración en infraestructuras, en la lucha contra el narcotráfico, justicia y proyectos científicos.
En tiempos de recomposición de las piezas en la geopolítica mundial, es necesario fortalecer alianzas para promover entre todos la democracia, la seguridad, la disminución de las desigualdades y el respeto por los derechos humanos. Por otra parte, la UE necesita de materias primas para el desarrollo de la economía verde. Es el caso del litio, con 60% de las reservas mundiales en Bolivia, Chile y la Argentina.