“En tiempos de cambio, quienes estén abiertos al aprendizaje construirán futuro; mientras que los que crean que ya saben todo, se encontraran bien equipados en un mundo que dejo de existir” -Erik Hoffer-
Precisamos darnos la oportunidad de ser una mejor versión trabajando en nuestro desarrollo personal, reinventándonos a nosotros mismos e impactando positivamente en nuestra sociedad.
Aprender es una condición vital para el ser humano.
¿Qué implica aprender? ¿Cuál es la diferencia entre adquirir un conocimiento y realizar un aprendizaje?
El aprendizaje es la expansión de la capacidad de acción efectiva, autónoma y recurrente, aprender es integrar un nuevo saber actuar.
Declarar que se produjo un aprendizaje es: Cuando alguien esté en condiciones de desarrollar acciones y logre resultados que antes no conseguía. (Aprendizaje + acción efectiva)
El saber este ligado a la racionalidad cognitiva, a la abstracción teórica, a la acumulación de datos, a la expresión descriptiva y analítica, al enciclopedismo.
En cambio -el saber hacer- la capacidad de acción, está enlazada a la transformación y no a la mera descripción.
El aprendizaje del saber relaciona “El saber con el hacer”; proceso donde todo nuestro ser está comprometido, demanda emplear el intelecto, la racionalidad, el pensamiento lógico, la memoria, y al mismo tiempo poner en funcionamiento la predisposición y gestión emocional, la destreza corporal, la implicación personal, la coordinación de acciones orientados a resultados esperados.
Cambio y Aprendizaje son dos caras de una misma moneda que se encuentran en una permanente interrelación mutua e influencia. Todo cambio supone un nuevo aprendizaje que posibilita corregir, modificar, incluir, desechar, ampliar nuestra capacidad de acción y a su vez, muchos aprendizajes conllevan a profundos procesos de cambio personal.
Por su parte el cambio organizacional y la transformación personal son dominios en profunda interdependencia, en donde ambos requieren de la capacidad de aprendizaje como “el” instrumento idóneo para el lograrlo.
El éxito depende del aprendizaje, no saber cómo aprender es el punto sensible tanto en las personas como en las organizaciones. En este sentido “Aprender a Aprender” es la competencia clave, es la madre de todas las otras competencias que se pueden adquirir.
La capacidad de aprendizaje y cambio es la única vía para preservar nuestra efectividad ante la implacable y veloz obsolescencia del conocimiento en este mundo tan dinámico y en constante evolución.
Seguir poniendo en práctica conocimientos que en un pasado fueron útiles y funcionales representa un impedimento al crecimiento personal y / o laboral.
Se necesita tiempo, dedicación y energía extra para entrar en un proceso vital e ineludible de “Desaprender y Aprender a Aprender”.
Por ejemplo, para realizar un “cambio cultural de una empresa, de una familia, de una sociedad” hay que hacer foco en la identidad, en los valores, las creencias que constituirán esa cultura esperada; esto suscitará distintos tipos de aprendizajes estando los mismos en correspondencia al cambio que se desea plasmar.
Todo es sistémico, al igual que nuestro cuerpo, la estructura cerebral, nuestro lenguaje y nuestro sistema social. Todo conforman jerarquías de niveles naturales entrelazados; cada nivel sintetiza, organiza y dirige las interacciones hacia un nivel inferior; desencadenando el cambio.
En el caso de un cambio concreto, lo interesante es encontrar el punto de apalancamiento, el lugar de intervención más económico y con el menor esfuerzo para producir el cambio deseado dentro de estos niveles jerárquicos.
Niveles de aprendizaje
1. Identidad: Es la percepción y valorización que tenemos sobre nosotros mismos.
2. Creencias: Son los valores y el sistema de creencias que guían nuestros actos.
3. Capacidades: Son los conocimientos, habilidades y destrezas que condicionan la efectividad de nuestro accionar.
4. Comportamientos: Son las actividades y acciones que realizamos.
¿Por dónde comenzar los cambios? Por ejemplo: para cambiar comportamientos, acciones, conductas, primero hay que cambiar la identidad, luego las creencias, siguiendo con las capacidades y finalmente los comportamientos.
Hoy se valora, se busca en todos los ámbitos y espacios el conocimiento manifestado y puesto en acción, o sea; el conocimiento de las personas no solo por su saber, SINO POR SU SABER HACER.
“Tu vida es un reflejo exacto de tus creencias. Cuando cambias tus creencias más íntimas, cambias el mundo y tu vida cambia en consonancia con ellas” -Andrew Matthews-
Te mando un beso inmenso TG.
IG Tona Galvaliz. FB/LinkedIn. María Antonia Galvaliz. Counselor-Logoterapia-Biodecodificación- Coaching Ontológico y Sistémico- Speaker- PNL- Coaching WingWave- Escritora Columnista- Desarrollo Humano personal y organizacional.