Las fuentes agregaron que el arma no está en órbita y permanece aún en fase desarrollo, pero fue suficiente para que las miradas del mundo volvieran a ponerse sobre el espacio exterior, el cual, por el momento, parece alejado de los conflictos bélicos convencionales como los que ocurren en Ucrania o Gaza.
"Guerra de las galaxias"
El EMP "no es un concepto nuevo y, como concepto, se remonta a finales de la Guerra Fría", dijo un funcionario estadounidense a CNN.
Desde la llegada del Sputnik, el primer satélite fabricado por el hombre, al espacio en 1957, las Fuerzas Armadas de las grandes potencias han estado observando esta última frontera como una esfera más de defensa y seguridad que se suma a la tierra, el mar y el aire.
Un cohete ruso Proton-M, que transporta satélites de comunicaciones, en el cosmódromo kazako de Baikonur, el 8 de diciembre de 2008. (Crédito: STR/AFP via Getty Images)
En 1967, estas tensiones derivaron en la firma del Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre, que "insta a los Estados a no poner en órbita alrededor de la Tierra ningún objeto portador de armas nucleares u otras clases de armas de destrucción en masa, ni a emplazar tales armas en los cuerpos celestes".
Más allá de las prohibiciones del Tratado sobre el Espacio Ultraterreste, Rusia ha desarrollado y probado armas antisatélites no nucleares, y mantiene una flota importante de satélites de uso militar, cuya creación comenzó a gestarse durante la Unión Soviética.
Terminada la Guerra Fría, estas tensiones no se han reducido y, por el contrario, la competencia en el espacio continúa y suma a más actores.
En una publicación reciente del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI, por sus siglas en inglés), organización con base en Suecia, se advierte de que "la confrontación entre China, Rusia y Estados Unidos en el espacio exterior es muy preocupante, dado el potencial de escalada hasta el uso de armas nucleares".
Y una de las causales de este confrontación según el SIPRI, puede ocurrir si "los sistemas espaciales de valor estratégico son objeto de ataque o se percibe una amenaza inminente".
Las capacidades de Rusia
En 2021, el Comando Espacial de EE.UU. aseguró que Rusia había disparado un misil antisatélite de tipo DA-ASAT (por arma antisatélite de ascenso directo), que golpeó un satélite ruso y creo escombros en la órbita terrestre, poniendo en riesgo a la Estación Espacial Internacional (EEI).
Un satélite de comunicaciones ruso Express-AM44 se prepara en el cosmódromo de Baikonur, el 28 de enero de 2009. (Crédito: AFP vía Getty Images)
Estados Unidos, China y la India también han probado armas antisatélite similares.
Entre estos, 32 son de comunicaciones y 26 de posicionamiento y navegación, que pueden ser de uso dual, es decir civil y también militar.
Pero el resto son claramente de uso militar, 13 dedicados al reconocimiento (ISR), 8 a la inteligencia electrónica y de señales (ELINT y SIGINT) y otros 6 a sistemas de alerta temprana, utilizados para detectar lanzamientos de misiles balísticos.
En comparación, Estados Unidos dispone de 171 satélites de todo tipo, según el IISS. De ellos, 14 de ISR, 32 de ELINT/SIGINT, 11 de vigilancia espacial y 14 de alerta temprana.
Ninguno de estos países tiene, en este momento, armas nucleares EMP u otro tipo desplegadas en el espacio, aunque el foco se encuentra ahora en las armas DA-ASAT, que organizaciones como el SIPRI y la Asamblea General de la ONU intentan prohibir.