Si días atrás sorprendía e indignaba la actitud de los organizadores de la doma de Jesús María que entregaron una cocina como premio a la ganadora del certamen, lo que sucede en Corrientes es aún peor. El Gobierno Provincial no solo reproduce la violencia de género y la cosificación femenina a través de concursos de belleza, sino que además, expone a precoces adolescentes en paños menores en sus espectáculos públicos. En especial durante cada edición del Teko Verano, el mega evento musical que el gobernador Ricardo Colombi envía a las localidades del interior.
El caso es indignante y preocupante. Sucede en cada edición del Tekové Potí, desde hace varios años. Allí las jovencitas son expuestas semi-desnudas ante la multitud durante el acto de elección de reina del evento. Luego se le otorgan premios insulsos a las ganadoras, (una reina y dos princesas), generalmente como ante sala del cierre musical de la “fiesta”.
Así, la administración Colombi, lejos de inmutarse por la campaña nacional #NiUnaMenos de distintas organizaciones sociales contra el maltrato de género y la violencia simbólica contra las mujeres, roza lo ilegal al mostrar a niñas en dichos certámenes. El último espectáculo de este tipo se realizó en Ituzaingó, y las fotos son expuestas abiertamente en las redes sociales del Gobierno. Además el evento es aplaudido por funcionarios, legisladores e intendentes afines al Ejecutivo que "festejan" este tipo de prácticas y hasta participan de la entrega de premios.
Días atrás ya se desató una polémica similar en Corrientes Capital por el pedido de la Comisión Nacional Coordinadora de Acciones para la Elaboración de Sanciones de Violencia de Género (CONSAVIG), de eliminar este tipo de eventos. En esa ocación la ministra de Turismo Inés Pressman y el presidente del instituto de Cultura, Gabriel Romero defendieron la realización del certamen por tratarse de una elección tendiente a destacar lo cultural más que lo físico.
Pues en el caso del Teko Verano sucede totalmente lo contrario, en el cuál el reclamo de la CONSAVIG sería totalmente acertado. Se trata de un evento de características sumamente sexista, donde se expone a la mujer, (niñas en este caso), como objeto de fetiche. Un pésimo ejemplo de sociedad, promovido desde el propio Estado.
CONTRA LA LEY
Según cuenta la periodista Laura Oszust, desde 2009 existe en el país la ley de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia hacia las Mujeres que contempla la violencia simbólica definida como “la que a través de patrones estereotipados, mensajes, […]transmita y reproduzca dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales, naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad”. Desde esta perspectiva los discursos hegemónicos generan que las mujeres sigan reglas en su vida cotidiana queriendo alcanzar un modelo de lo aceptable y de lo esperable, allí radica la subordinación.