Comerciantes del rubro comentaron que creció la "empatía" entre los correntinos y por ello adquieren cohetes con efectos lumínicos, en remplazo de los artefactos sonoros.
Por tercer año consecutivo, rige en Corrientes la prohibición de la venta y uso de pirotecnia sonora. La Ordenanza Nº6678/18 determina que los cohetes iguales o mayores a 2 pulgadas no se encuentran autorizados a ser producidos, distribuidos, comercializados y utilizados en el ámbito de la ciudad.
La norma municipal obedece a estrictas razones de salud pública, por los efectos nocivos que los artefactos estruendosos producen, tanto en las personas que padecen condiciones que se encuentran dentro de los Trastornos del Espectro Autista (TEA), y en los animales en general.
También está vedado el uso de globos aerostáticos, y bengalas que pueden provocar incendios.
La referente de Celeste SRL, Mónica Luque, aseguró en comunicación con época, que cada vez más correntinos se inclinan por el cotillón luminoso para las fiesta de fin de año. "La sociedad ha cambiado en muchos aspectos y hay más empatía hacia quienes la pirotecnia de estruendo daña. Los clientes buscan alternativas", sostuvo.
En el local, ubicado enfrente a la plaza Vera, los productos más vendidos eran chasquibumes, estrellitas y todo lo que tenga efectos luminosos. Los primeros, se pueden adquirir desde $50 y los segundos desde $70. Mientras que los shows lumínicos arrancan en $700.
"Esperamos el pico de ventas para mañana (por hoy) y pasado, porque la gente primero compra los alimentos y la indumentaria, y por último los cohetes", comentó uno de los vendedores.