El oficial Marino Nicolás Romero tenía 27 años Y era parte de la división barrial de la Villa 31. Recibió dos disparos en el cuello y el abdomen. Uno de los atacantes murió en el lugar y el otro está prófugo. Era oriundo de Corrientes.
Un oficial de la Policía de la Ciudad fue asesinado este jueves a la madrugada en la localidad bonaerense de Laferrere, partido de La Matanza, en un enfrentamiento con dos ladrones que quisieron asaltarlo cuando esperaba el colectivo para ir a trabajar.
El episodio ocurrió hoy cerca de las 5 de la mañana, cuando Marino Nicolás Romero, de 27 años, esperaba en la parada de colectivo en el cruce de las calles Oliveri y Da Vinci para dirigirse a su trabajo como parte del departamento de Protección Barrial de la Villa 31 de la fuerza porteña.
En ese momento, dos delincuentes armados lo sorprendieron e intentaron asaltarlo, según confirmaron fuentes policiales a Infobae, a lo que el oficial reaccionó con disparos. Los ladrones, uno de los cuales cayó muerto en el lugar y el otro logró escapar, también dispararon hacia el agente, que recibió dos impactos de bala en el cuello y el abdomen por los que debió ser trasladado de urgencia al hospital Simplemente Evita, donde finalmente falleció algunas horas después luego de que personal de la Comisaría 2° de González Catán de la Policía Bonaerense llegara a la escena y lo encontrara junto su pistola Bersa, con el delincuente ya muerto con un tiro en el glúteo a pocos metros.
Romero, que estaba en pareja y era padre de un nene de 4 años, era oriundo de Corrientes y antes de pasar a la Policía de la Ciudad había ingresado en 2015 en la Policía Federal Argentina. En sus redes sociales, Romero compartía con frecuencia fotos uniformado junto a sus compañeros y en familia junto a su mujer y su hijo. “Si tengo que luchar que así sea, después de cada lucha viene la victoria”, escribió en su última publicación este lunes.
El crimen de Romero llega después de un 2020 marcado por la muerte de efectivos en territorio bonaerense, así como efectivos que dispararon y mataron a delincuentes con sus armas reglamentarias. En la madrugada del 25 de diciembre, luego de los festejos de Nochebuena, el mayor Rubén Alejandro Rivas de la policía de la provincia de Buenos Aires fue asesinado en la localidad de San Justo por dos delincuentes que intentaron robarle el auto cuando salía de la casa de su madre, a quien había pasado a saludar por Navidad y que también resultó herida con un disparo en su mano derecha.
Rivas, que se desempañaba como numerario en el traslado de detenidos en el Juzgado de Garantías 5 de La Matanza, también intentó repeler el ataque con su arma reglamentaria y en medio de la balacera contra los delincuentes, recibió cuatro impactos de bala, de los cuales tres ingresaron en la zona del tórax y el restante en una de sus piernas. La investigación del caso quedó en manos del fiscal Federico Medone, de la UFI Temática de Homicidios La Matanza.
Dos semanas antes, en la colectora de avenida General Paz y Concordia, en el barrio porteño de Villa Devoto, Ricardo Hernán González Sueyro, que se desempeñaba como Oficial Mayor en la Comuna 11 B y tenía 38 años murió luego de ser atropellado por dos motochorros que minutos antes habían robado ese vehículo y venían escapando. A raíz del impacto, el acompañante que iba a bordo de la motocicleta, de 21 años, también fue despedido y perdió la vida en el acto. El que conducía el rodado, de 27 años, fue detenido.
De vuelta al caso de Romero, el fiscal encargado de resolverlo es Marcos Borghi, de la UFI de Homicidios de La Matanza. La escena ya fue preservada con Policía Científica en el lugar: una cámara de una carnicería cercana fue relevada, según fuentes policiales, con un video en donde se ve al delincuente baleado caer y a su cómplice empuñando un arma. Luego, el cómplice intenta llevarse a rastras al ladrón, pero desiste y lo deja allí. Infobae