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Así asesora Lilian Tintori a las familias de los presos políticos por el tortuoso camino hacia la libertad

«Estamos contigo hoy. Estamos con tu madre y con Bolivia. ¿En qué te podemos ayudar?». Estas palabras las pronuncia Lilian Tintori , esposa del expreso político Leopoldo López , en una llamada virtual desde Madrid hacia el otro lado del Atlántico. Exactamente a la capital boliviana de La Paz y a los juzgados donde en ese momento se está produciendo una audiencia contra la expresidenta Jeanine Áñez y otros dos líderes políticos, Luis Fernando Camacho y Marco Antonio Pumari. Los tres están acusados de terrorismo, conspiración, seducción de tropas y asociación delictiva, que habrían llevado a la salida del poder de Evo Morales.Al otro lado de la pantalla la que habla, tras salir de la sala de la audiencia, es Carolina Ribera, la hija de Áñez, que desde hace dos años recibe asesoramiento por parte de Tintori y su equipo –Antonieta Mendoza, madre de Leopoldo López; Berta Valle , esposa del expreso político nicaragüense, Félix Maradiaga ; y Silvia Popoli, que coordina las sesiones–. Durante este tiempo, su labor ha sido la de guiar a Carolina por el camino que tanto Lilian, como Antonieta y Berta transitaron antes, el de lograr la liberación de un familiar preso por las autocracias de Nicolás Maduro y Daniel Ortega , respectivamente. Tintori y Mendoza lo hicieron sin apenas conocimientos de los pasos precisos a seguir, pero fueron aprendieron durante los siete años que duró el cautiverio de Leopoldo López. Ahora han decidido compartir esos conocimientos con familias de presos políticos de todo el mundo a través del manual \'Camino a la libertad\', editado por la organización World Liberty Congress y presentado hace unos días en Madrid. Un instrumento que Tintori, Mendoza y Valle están implementando ya con familias de varios países –Camboya, Sudán del Sur, China, Azerbaiyán, Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia–.Noticia Relacionada estandar Si Leopoldo López: «El Gobierno español puede ser mucho más claro y dar un paso reconociendo a Edmundo González como presidente» Susana GaviñaLa sesión de hoy con Carolina Ribera –en la que ABC ha podido estar presente– ha sido concertada de urgencia con motivo del juicio a la expresidenta Áñez, y después de que la llamaba prevista para este día (el pasado jueves) con una madre cubana, que tiene a uno de sus hijos preso por las protestas del 11-J , no pudiera producirse por culpa de un apagón. Tras los saludos iniciales, Tintori le pregunta a Ribera por las condiciones en las que se está produciendo el juicio de su madre, si está abierto al público o no; si han permitido el acceso a más familiares a la sala, sobre cómo fue el traslado desde la cárcel... La hija de Áñez explica que «los sacaron más temprano para que no pudiéramos acompañarlos»; también comparte algunos detalles legales de la audiencia, de los que toma nota Silvia en un cuaderno. Animan a Carolina a que «visualice» todo lo que sucede en la sala, quiénes están y lo que sucede, para denunciar las posibles irregularidades. Mientras Carolina habla, por detrás se ven pasar policías armados. Lilian se echa la mano a la boca. La hija de Áñez explica que el edificio está custodiado por muchos agentes en cada planta, y la prensa está fuera del edificio.Visibilizar y comunicarEstas sesiones no solo remueven al familiar que busca asesoramiento, también a quienes lo ofrecen. «Es como un \'déjà vu\'», confiesa Antonieta, que recuerda que las audiencias contra su hijo Leopoldo «duraron un año y medio y seguían un patrón exactamente igual» a la de Áñez. «Y los policías llevaban armas largas», subraya.La comunicación no es buena y se corta. Lilian, Berta (que participa en la sesión de manera virtual desde Miami pues el régimen de Ortega también la despojó de la nacionalidad y todavía no puede salir de EE.UU.) y Antonieta se interesan por cómo es el estado de ánimo de Jeanine Áñez: «Está muy fuerte», señala Carolina. El sonido se vuelve a cortar. Hay que pasar del ordenador a WhatsApp, de la videollamada a solo el sonido, pero el ánimo no decrece en ninguna de los dos lados. «¿Qué te dicen los abogados?»: «Que lo ven complicado», responde. «¿Cómo te tratan los funcionarios?», le preguntan. «Bien, son amables». También la felicitan por su manejo de las redes sociales en las que horas antes ha colgado una imagen de su madre, esposada, camino del tribunal. En el texto que la acompaña, Carolina se muestra «orgullosa» de la expresidenta de Bolivia. La comunicación es uno de los capítulos más importantes del manual, que se divide en cuatro bloques: comprender la detención por razones políticas, estrategia de liberación, qué deben hacer los familiares; la comunicación, quién es el que asume el papel de portavoz; y la navegación en un sistema legal nacional e internacional. Una de las decisiones más importantes, y también quizá la más difícil, es la de visibilizar el caso. «Es una condición indispensable para participar en estas sesiones, que haya un portavoz y que este sea familiar del preso político», apunta Antonieta. El tono de la comunicación es determinante: «Debe ser neutro»; así como el uso de una única foto que «debe inspirar inocencia, dignidad», frente a la distorsión y la criminalización que hacen los regímenes dictatoriales de los presos políticos.A diferencia de la ayuda que facilitan otras ONG a las familias de los presos políticos, el equipo de Tintori, además del acompañamiento legal, «ofrece empatía porque estamos preocupados por el bienestar del familiar», afirma Berta Valle, que sufrió desde Miami el encarcelamiento de su marido cuando era precandidato a la Presidencia de Nicaragua, y el posterior juicio en la propia cárcel de El Chipote. «Queremos que se sientan acompañados y empoderados».Popoli (izquierda), Tintori y Mendoza, durante un momento de la conversación con Carolina Ribera desde Bolivia Tania SieiraLas sesiones, siempre personalizadas, tienen una duración de una hora. En las últimas semanas, el equipo de Tintori ha tenido más actividad de la habitual tras las detenciones masivas en Venezuela como consecuencia del fraude electoral del pasado 28 de julio. «En total cuatro sesiones», señala Lilian, para quien ayudar a los familiares de presos políticos, como un día lo fue ella, se ha convertido en el «propósito» de su vida. También para Berta: «Tras un proceso traumático encontramos un propósito: enseñar lo aprendido. Podemos ayudar a otros para que el camino a la libertad sea más claro. Éramos víctimas de un régimen opresor y nos hemos convertido en activistas de DD.HH.». Ellas son el germen de lo que aspira a convertirse «en una red de solidaridad de personas que levantan la voz contra la desinformación. Ha sido un camino transformador», subraya.Antonieta, Lilian y Berta concluyen la conexión con la hija de Áñez dándole ánimos: «Fuerza Carolina. Te queremos ¡Hasta la libertad!», se despiden hasta la próxima sesión.

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