Internacionales

Asia ya espera lo imprevisible bajo el segundo mandato de Trump

El mundo aguarda expectante a Donald Trump como presidente reincidente de Estados Unidos . Más allá de las guerras de Ucrania y Oriente Próximo , su segundo mandato se espera con una mezcla de ansiedad y optimismo en otra de las zonas calientes del planeta: Asia . Como el continente más dinámico y poblado, hacia el que está virando la economía global en detrimento de EE.UU. y Europa , Asia le presentará retos enormes al próximo inquilino de la Casa Blanca. Entre ellos destacan la rivalidad con China por la hegemonía mundial y su alianza con Rusia , el conflicto de Taiwán , la amenaza nuclear de Corea del Norte y la relación con dos importantes aliados político-militares pero, al mismo tiempo, rivales comerciales: Japón y Corea del Sur . A todo ello se suman las disputas territoriales en el mar del Sur de China y la tensión en el Indopacífico , que afecta por igual a países de peso como la India, Filipinas, Indonesia y Australia, y a archipiélagos pequeños pero de indudable interés geoestratégico como las islas Marshall, Salomón y Palaos.China, pugna hegemónicaComo segunda potencia mundial que amenaza su hegemonía global, China es seguramente el frente más importante para Trump. Así quedó claro con la guerra comercial durante su anterior mandato y con el enfrentamiento político por las protestas de Hong Kong reclamando democracia en 2019. Al año siguiente, el estallido de la pandemia del Covid en China y la falta de transparencia sobre su origen terminaron por romper las siempre difíciles relaciones diplomáticas con Pekín y desataron las primeras voces por el \'desacoplamiento\'. El apoyo del presidente Xi Jinping a Putin en la guerra de Ucrania ha calentado aún más esa \'Nueva Guerra Fría\', en la que todo puede ocurrir.«Pekín vive la vuelta de Trump al poder como una alta oportunidad, pero también como un alto riesgo . Como es muy imprevisible, puede haber escenarios muy distintos«, pronostica Mario Esteban , investigador principal de Asia-Pacífico en el Real Instituto Elcano . Al igual que en su primera victoria electoral en 2016, Esteban se encontraba de viaje en China durante estos últimos comicios y pudo palpar de primera mano las sensaciones entre las autoridades y los académicos.«Si hubiera ganado Kamala Harris , su política habría sido más continuista y previsible y, aunque fuera más dura, a Pekín quizás le habría resultado más fácil adaptarse. Pero lo que funciona con Trump es la dualidad y, aunque en teoría no es tan ideológico, se está rodeando de duros con China, como el futuro secretario de Estado, Marco Rubio . Al mismo tiempo, es uno de los pocos políticos estadounidenses que habla bien de Xi Jinping y entre sus más cercanos figura Elon Musk , quien tiene su megafactoría de Tesla en Shanghái «, analiza Esteban. Dentro de esta incertidumbre que se avecina, lo único que el experto de Elcano ve claro es que »Trump va a presionar comercialmente a China, lo que será muy perjudicial para su economía, que no atraviesa su mejor momento«. Con independencia de que Trump aplique o no los aranceles que había prometido a las importaciones chinas, como mínimo del 60 por ciento, Esteban ve » altísimamente probable que retome la guerra comercial como en su primer mandato, cuando llegó a un acuerdo con Xi Jinping en 2019 que no se llegó a concretar «.Taiwán, entre gigantesJusto en medio de esa rivalidad entre EE.UU. y China se encuentra Taiwán , la isla democrática e independiente \'de facto\' reclamada por el autoritario régimen de Pekín y defendida, al menos en teoría, por la Casa Blanca. Por una parte, Mario Esteban considera que «Donald Trump puede usar Taiwán como una moneda de cambio para conseguir más ventajas comerciales con China porque elude decir públicamente si defendería o no a la isla en caso de que fuera invadida«. Pero, por la otra, advierte de que »el lobby taiwanés en EE.UU. es más fuerte entre los republicanos que entre los demócratas«.Para Carlos Jiménez Piernas , catedrático de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad de Alcalá de Henares , «mientras no haya una modificación del \'statu quo\' de Taiwán, no habrá problemas. Pero, si florecen las corrientes independentistas de la isla con el apoyo de EE.UU. y se plantea la proclamación de un Estado independiente, ahí sí podríamos tener un problema muy grave porque Pekín ya ha dicho que no renunciará al uso de la fuerza para impedirlo». A su juicio, « hay que evitar que algo similar a lo que ha ocurrido en Ucrania suceda en el Pacífico porque es una estupidez provocar a China«, por lo que teme que »Trump va a poner a la Unión Europea en una posición muy difícil«.Japón, aliado con arancelesOtro vértice de este complicado ángulo es Japón, aliado político-militar de EE.UU. por su enemistad histórica con China y, al mismo tiempo, rival comercial que también puede sufrir sus aranceles . «De Trump destaca lo impredecible. Pero de lo único que podemos estar seguros es de que pedirá más dinero a Japón y Corea del Sur para las bases militares estadounidenses , como ya hizo en su primer mandato«, aventura Florentino Rodao , catedrático de la Universidad Complutense y experto en estudios nipones .Si eso finalmente ocurre, Rodao advierte de que «a Japón, con su moneda cotizando muy baja con respecto al dólar, le va a costar mucho aumentar su gasto militar». En cambio, a su favor tiene su alianza con Washington y, sobre todo, el legado del difunto primer ministro Shinzo Abe , quien fue el primero en visitar a Trump tras su primera victoria en 2016 y sirve como ejemplo para el actual jefe de gobierno, Shigeru Ishiba . En su caso, «su polémica propuesta de creación de una OTAN asiática puede mejorar las relaciones de Japón y Corea del Sur con Europa, pero creará más tensión con China«. De momento, y a la espera de lo que decida Trump, dicha idea no ha calado. Al margen de tales asuntos políticos, la primera decisión que deberá tomar Trump sobre Japón será comercial: aprobar o no la venta de la siderúrgica US Steel a Nippon Steel , a la que se ha opuesto durante su campaña electoral haciendo gala de su proteccionismo. Con su sede central y fábricas en Pensilvania, uno de los estados clave que cayó del lado de Trump, US Steel ya ha advertido de que tendrá que cerrar si el gobierno bloquea la venta, que asciende a 15.000 millones de dólares y garantizaría su futuro.La península de Corea, pendiente de KimCon el precedente de sus cumbres históricas con Kim Jong-un en Singapur y Hanói y su supuesta buena sintonía , otro de los frentes de Trump en Asia será Corea del Norte. En medio de las guerras de Ucrania y Oriente Próximo, la sempiterna amenaza nuclear de Pionyang no le parecerá un problema demasiado urgente al nuevo ocupante del Despacho Oval. Pero Florentino Rodao alerta de la peligrosa derivada que supone el envío de soldados norcoreanos a la guerra de Ucrania . «No creo que haya sido una decisión muy acertada de Vladímir Putin porque acabará beneficiando a Zelenski, quien recibirá más ayuda de Corea del Sur, sobre todo armamento muy sofisticado», explica Rodao, muy preocupado por esta posible ampliación del conflicto.Más allá de los desafíos asiáticos que se le presenten a Trump, Rodao advierte de que su mandato «puede ser un mal ejemplo para la democracia en este continente, donde está mejorando el nivel de vida pero hay un retroceso en libertades en países como Tailandia y otros como Indonesia tienen un presidente con tics autoritarios como Prabowo Subianto «.Con la experiencia de su primer mandato, en el que descolocó a la diplomacia mundial mezclando los asuntos económicos y comerciales con los geopolíticos, Asia espera lo imprevisible con Trump 2.0 .

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