La ciudad de Corrientes registró un ataque homofóbico, luego de que un joven denunciara que él y su pareja fueran asaltados y atacados a golpes.
El hecho ocurrió en el barrio Doctor Montaña ayer, según relató la víctima a través de su cuenta de Facebook. «Habíamos salido contentos de una fiesta con Mauricio, mi pareja, la primera salida juntos como novios. Íbamos de la mano hacia el puerto para esperar nuestro colectivo, cuando cruzamos la calle unos pibes que estaban sentados en la pancheria nos gritaron en forma de burla «ahí viene la pareja feliz», inició su testimonio.
“No hicimos caso porque es algo de lo que nosotros, los homosexuales, ya estamos acostumbrados», comentó Matías, la víctima. “Subimos a nuestro colectivo, el 103 hacia el barrio Montaña, los pibes que nos gritaron subieron al mismo colectivo. Todo el camino vinieron tranquilos aunque cada tanto nos miraban, eso me hacía sentir un poco incómodo porque estábamos abrazados», continuó.
«Mauricio venía descompuesto y llegando al barrio no aguantó más y vomitó, yo lo ayudé sosteniéndolo y en eso me da su celular para que le sostenga, al mismo tiempo venía de frente el «calesita» y los pibes tocaron el timbre para bajar, ahí fue cuando uno de ellos se prendió por el celular de Mauricio pero no pudo sacarme porque lo sostuve fuerte por lo que hizo más fuerza y me tiró del asiento para comenzar a pegarme muy fuerte en la cabeza, me caigo al suelo y cuando levanto la mirada veo que entre 3 estaban pegando a mi novio, sí 3 contra 1 y cada golpe acompañado de «pu… de mierda», bajo para ayudar a Mauricio y con la ayuda del chófer logramos separarlos, ellos corrieron con el celular por la avenida camino al Esperanza», expresó.
«Un par de cuadras después otro chico que también estaba en el colectivo se baja y cuando lo hace nos comienza a gritar «trolos pu… de mierda». Tuvimos que bajar mucho antes de mi casa porque Mauricio estaba muy nervioso y a toda costa quería ir a buscar su celular, ahí nos dimos cuenta que el mismo chico que bajó gritando cosas nos había seguido y nos siguió hasta una cuadra antes de mi casa gritándonos «pu… de mierda» entre otras cosas más alentándonos para pelear, no le hicimos caso y entramos a mi casa urgente con miedo», agregó. «Ambos tenemos golpes en la cabeza que por suerte no fueron graves y solo nos dejaron chichones, el labio partido, la cara con marcas, moretones en el cuerpo y varios raspones, nada de gravedad pero duelen igual».
«Sé que roban sin distinguir sexo, edad, sexualidad, etc, pero los golpes iban de la mano con gritos de odio hacia nuestra sexualidad que duelen más que los golpes. Pensé que ya se podía caminar de la mano con alguien de tu mismo sexo sin miedo pero me equivoqué y como me dijo un amigo «’lo peor de todo es que tenemos que conformarnos en agradecer que no pasó nada grave’», finalizó su relato.