En los últimos años, las fuerzas de seguridad estadounidenses han registrado un preocupante aumento en la presencia de dispositivos de conversión de armas automáticas y armas fabricadas de manera privada (PMFs). Estas herramientas permiten transformar armas semiautomáticas en armas automáticas completamente ilegales, una tendencia que ha crecido, especialmente con la expansión de la tecnología de impresión 3D, facilitando a individuos sin antecedentes en la fabricación de armas acceder a estos dispositivos.Un oficial de policía estadounidense, en una reciente entrevista, explicó cómo estos dispositivos de conversión, que han existido durante décadas, ahora son más accesibles que nunca. «Simplemente se insertan en el arma de fuego, se ajusta la parte superior y se bloquea el pasador de desmontaje trasero, y el arma está lista para ser completamente automática», detalló el oficial sobre el proceso, que es tan sencillo que no requiere grandes conocimientos técnicos.La preocupación de las autoridades radica en que estos dispositivos son ilegales para la posesión individual en la mayoría de los casos, con penas de hasta 10 años de prisión y multas de 250,000 dólares según la Agencia Nacional de Seguridad (NSA). A pesar de esto, su uso en crímenes ha aumentado considerablemente en las calles, poniendo en riesgo la seguridad pública.El desafío principal para las fuerzas del orden es mantenerse al día con esta tendencia, identificando estos dispositivos y concienciando a los agentes de su proliferación. «Asegurarse de que las fuerzas del orden estén al tanto de esto, que sepan que estos dispositivos están ahí fuera, es uno de los mayores desafíos que enfrentamos», concluyó el oficial.Esta problemática subraya la creciente necesidad de regulación y control sobre las armas fabricadas de manera privada y los dispositivos de conversión, cuya rápida evolución tecnológica amenaza con superar las capacidades actuales de la ley.