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Barnier presenta su programa de Gobierno para controlar las tres amenazas de Francia: deuda pública, fronteras y seguridad

Ochenta y cinco días después de las elecciones que dieron un cambio político sin precedentes, veintiséis días después de su nombramiento como primer ministro, Michel Barnier, presentó la tarde del martes su programa de gobierno, en la Asamblea Nacional (AN), con un balance catastrófico del Estado de Francia, «campeona mundial en imposición fiscal», «con una deuda pública que es una espada de Damocles para nuestro futuro», «incapaz de controlar eficazmente sus fronteras y el incremento de la inseguridad».«Sobre Francia y sobre mi gobierno pesa una espada de Damocles», comenzó afirmando Barnier, para centrar el problema de los problemas nacionales: «Esa espada pesará gravemente sobre el futuro de nuestros hijos y nuestros nietos. Esa espada de Damocles es una deuda colosal de 3,1 billones de euros…».El servicio de esa deuda, «controlada por extranjeros», el pago de sus intereses, insistió el primer ministro, asciende a 51.000 millones de euros «y es la segunda partida del gasto de los presupuestos del Estado». A esa deuda, catastrófica, es necesario añadir el déficit público, que este año ascenderá al 6 %, entre los peores resultados de la UE y la zona euro.Noticia Relacionada estandar Si Michel Barnier comienza a trabajar como \'bombero\' de su propio Gobierno Juan Pedro Quiñonero El primer ministro pidió a su ministro de Economía que «rectificase» sus palabras contra Le Pen¿Cómo piensa Barnier «salvar» a Francia de esa espada de Damocles? De dos maneras: recortando el gasto público y aumentando los impuestos que pagan las grandes empresas y los franceses «más favorecidos». El primer ministro francés no matizó ni dio detalles concretos, aunque sí recordó la evidencia: «Francia es ya una campeona mundial en materia de imposición fiscal».Tras recordar el penoso estado del corazón financiero del Estado, las finanzas públicas, Barnier hizo un balance igualmente grave del Estado del control de la seguridad y las fronteras nacionales, con cierta severidad.Fronteras y seguridad«Las políticas migratorias, la inmigración y la integración no están controladas de manera satisfactoria», comenzó por afirmar el jefe de gobierno, avanzando un rosario de medidas policiales, en el interior y las fronteras:-Controlar directamente las fronteras nacionales, «como ha hecho Alemania», subrayó. Cumpliendo las políticas europeas, pero «mejorando el control de nuestras fronteras».-«Más de 100.000 expulsiones anuales se han producido los últimos años», afirmó Barnier, agregando: «Pero, pero… decenas de millares de migrantes se encuentran siempre en situación irregular e indocumentada en nuestro territorio».-«Reforzar la presencia de las fuerzas del orden» en nuestros pueblos y ciudades«.-Recortar los procesos judiciales, para poder dictar sentencias «más rápidas y más enérgicas».-«Construir más celdas y plazas en nuestras prisiones».Sobre las pensionesAnte otros problemas de fondo y controversia nacional, grave, Barnier se mostró relativamente conciliador, evitando los enfrentamientos a cara de perro.Ante la «derogación» de la gran reforma del sistema nacional de pensiones, reclamada por las izquierdas y la extrema derecha, Barnier propone una «negociación» que permita «mejorar» la reforma.Ante leyes que han sido contestadas por los electorados más conservadores, como el matrimonio gay y el aborto, Barnier declaró que «no será modificada la legislación en vigor».Ante una gran reforma del modelo electoral, que podría modificar el modelo político, como reclaman la extrema izquierda y la extrema derecha, Barnier se declaró «dispuesto a la negociación».El primer ministro puso tan graves cuestiones en el horizonte de los grandes desafíos internacionales, europeos y ecológicos. La oposición de izquierda y extrema derecha reaccionó con bastante dureza contra Barnier.

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