Policiales

Barrio Juan XXIII: Internaron a una mujer tras recibir una bala perdida mientras dormía

Crédito: 65033

Claudia es hija de Sara, la víctima, de 68 años, que estaba acostada junto a su esposo al momento de sufrir el impacto de bala. La joven relató que escuchó un ruido y fue a la habitación de sus padres a ver que sucedía, ante los gritos de desesperación de la mujer, que al instante sintió un ardor en el brazo izquierdo. El proyectil atravesó una chapa de cinc y el cielorraso.



Claudia es hija de Sara, la víctima, de 68 años, que estaba acostada junto a su esposo al momento de sufrir el impacto de bala. La joven relató que escuchó un ruido y fue a la habitación de sus padres a ver que sucedía, ante los gritos de desesperación de la mujer, que al instante sintió un ardor en el brazo izquierdo. El proyectil atravesó una chapa de cinc y el cielorraso.



Sudamericana fue hasta la casa de una mujer que sufrió este fin de semana una herida en un brazo, causada por una bala perdida que atravesó el techo de su habitación, donde dormía junto a su esposo. El hecho sucedió en el barrio Juan XXIII de la ciudad de Corrientes.



Sara Falcón descansaba en su vivienda de calle Potosí al 3500, cuando cerca de la 1 se levantó sobresaltada, al sentir un fuerte dolor provocado por el impacto de un proyectil disparado con un arma de fuego. “Estaban durmiendo, cuando escucho ruido, pensando que era una piedra, después la escucho a mi madre que me llamaba y pedía que prenda la luz, que le duele el brazo y que sentía que se estaba mojando”, relató Claudia, hija de la víctima. 

 

La mujer también relató que la mujer, a la que llevaron al Hospital y recibió las curaciones correspondientes, fue asistida inicialmente por su marido, quien la cubrió con un paño para disminuir el sangrado. “Nunca vi de cerca a alguien con una bala en el brazo”, relató.

 

Fal­cón es ma­dre de sie­te hi­jos y tie­ne nue­ve nie­tos. De acuer­do al re­la­to de la fuen­te con­sul­ta­da, la ba­la tras­pa­só una cha­pa de cinc co­mo tam­bién una ma­de­ra del cie­lo­rra­so. Da­do el ta­ma­ño de los ori­fi­cios y del plo­mo que los cau­só se pre­su­me, que el dis­pa­ro pro­vi­no de una pis­to­la ca­li­bre 9 mi­lí­me­tros.

 

Por for­tu­na la víc­ti­ma no su­frió el im­pac­to en otro lu­gar del cuer­po, co­mo ser el ros­tro o el pe­cho. Las con­se­cuen­cia hu­bie­ra si­do pe­or. La Po­li­cía no tu­vo re­por­tes de al­gún in­ci­den­te o de­nun­cia que en la zo­na ha­yan usa­do al­gu­na ar­ma de fue­go.

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