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Bélgica completa la lista de comisarios sin resolver su crisis

Bélgica ha sido el último país en enviar un nombre como su propuesta para ser miembro de la Comisión Europea , justo cuando acababa de terminar el plazo que había impuesto la presidenta Ursula Von der Leyen. La insistencia de la democristiana alemana para que todos los países le enviasen nombres de hombres y mujeres para formar un equipo paritario no ha tenido ningún efecto y en la nueva legislatura el Ejecutivo comunitario estará formado mayoritariamente por hombres. Bélgica alberga la sede de las principales instituciones comunitarias y aparte de eso no es uno de los países más importantes de la UE como sus vecinos Alemania y Francia; y el hecho de que esté teniendo dificultades para formar un Gobierno después de las elecciones de junio no significaría ningún problema para la Comisión. De hecho, ha vivido crisis políticas mucho más largas sin que ello supusiera ningún inconveniente para el funcionamiento de la UE. Sin embargo, sus dos gigantes vecinos, Francia y Alemania, atraviesan ahora mismo crisis políticas de gran envergadura, probablemente las más graves en décadas, y la salida política para los belgas podría muy bien añadir un elemento de incertidumbre.En efecto, el mejor situado para convertirse en primer ministro del Reino de Bélgica podría acabar siendo el líder de los independentistas flamencos, el polémico alcalde de Amberes, Bart de Wever, cuyo partido permanece en el grupo de conservadores y reformistas (ECR) en el Parlamento Europeo, es decir a la derecha del grupo Popular. Noticia Relacionada estandar Si Teresa Ribera aspira a una vicepresidencia económica en la Comisión Europea Enrique Serbeto El Gobierno de Pedro Sánchez parece haber renunciado a la idea de que ocupe un cargo relacionado directamente con el medio ambiente y la transición energéticaA pesar de ello, la decisión de nombrar a la hasta ahora ministra de Exteriores Hadja Lahbib, la ha tomado el partido liberal que dirigía el Gobierno saliente, para gran disgusto de Didier Reynders, también liberal, que aspiraba a repetir mandato después de no haber logrado su objetivo de hacerse con la presidencia del Consejo de Europa en Estrasburgo.AudienciasEl único país que ha seguido las indicaciones de Von der Leyen sobre la cuestión del equilibrio de género ha sido Bulgaria y en caso de que la designada sea finalmente Ekaterina Zaharieva, que es lo más probable, el numero de hombres doblará al de mujeres en el Ejecutivo comunitario a expensas de lo que diga el Parlamento Europeo en el proceso de audiencias que va a empezar en unas semanas.Antes de ello, Von der Leyen tiene que distribuir las carteras entre 25 personalidades (aparte de ella, el único puesto conocido de antemano es el del nuevo Alto Representante, para el que los países miembros ya han aceptado a la estonia Kaja Kallas) sabiendo que no hay suficientes competencias para que todos tengan una cartera sustanciosa y que habitualmente los gobiernos de los grandes países presionan para llevar el agua a sus molinos. Aunque formalmente los comisarios no representan a sus respectivos países sino que deben comprometerse a defender el interés comunitario, lo que no impide que desde las capitales se maniobre para situar a alguien en un área de su especial interés. Otra de las características del puesto es que una vez que haya tomado posesión, ni el gobierno que lo propuso ni el que le suceda en su caso puede destituirlo. Eso significa que el francés Tierry Breton , nombrado por Macron en la anterior legislatura, no podrá ser cambiado por el gobierno que se pueda formar en Francia y cuya eventual composición es todavía un misterio. Nueva eraTampoco podrá hacerlo Bart de Wever en caso de que las negociaciones entre cinco partidos desemboquen en una coalición formal y sea nombrado primer ministro finalmente. Por supuesto, tampoco podría cambiar a la representante alemana (la propia Von der Leyen) un nuevo Gobierno alemán si se produce un cambio en las elecciones del año que viene. Para Bélgica, más que el nombramiento de Lahbib, el descarte definitivo de Rynders puede considerarse como el final de una larga etapa política en la que este liberal francófono ha ocupado prácticamente todos los puestos posibles menos el de primer ministro. En los últimos veinte años la vida política belga ha sido gestionada por una generación marcada por la «federalización» del país que no ha logrado colmar las aspiraciones de una mayoría de flamencos que aunque no está claro que deseen la ruptura total del país, votan muy mayoritariamente en favor de los partidos independentistas. Algunas de las últimas coaliciones nacionales se formaron precisamente excluyendo a los partidarios de la separación y ahora el último experimento va a ser darles el timón del país.

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