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Biden ignora la norma de no tomar grandes decisiones en el final de su mandato

En la recta final de su mandato, con apenas ocho semanas por delante, Joe Biden ejerció este lunes 25 de noviembre una de las prerrogativas unilaterales de un presidente de Estados Unidos: el indulto. Siguiendo una tradición que data de hace 77 años, perdonó a dos pavos llamados «Peach» y «Blossom» .En su extenso acto de despedida, Biden invitó a la Casa Blanca a la mayoría de los miembros de su administración y a destacados demócratas, incluido el gobernador de Minnesota, Tim Walz. En total, 2.500 personas vitorearon al presidente mientras este extendía el sencillo acto del indulto a los pavos y se despedía con estas palabras: «Ha sido el honor de mi vida. Estoy eternamente agradecido… En este país nunca nos rendimos. Mantenemos la fe».Las caras, sin embargo, eran largas. Desde Mar-a-Lago, la mansión de Florida donde Donald Trump perfila su gabinete y planea su regreso a la Casa Blanca el próximo 20 de enero, llegan noticias de recortes y despidos. En las calles de Washington, el nerviosismo es palpable. Aquella resistencia indignada que marcó 2016, el año de la primera victoria de Trump, se ha desvanecido. Entre los demócratas que controlan la capital se respira angustia, pero no combativa, sino resignada.Llamada atípicaLa semana pasada, Joe Biden y su jefe de gabinete, Jeff Zients , mantuvieron una llamada con 2.000 altos cargos de su administración , todos empleados por designación política que dejarán sus puestos en enero. Durante la conversación, el presidente trató de animarlos, reconociendo la desazón que muchos sienten tras los resultados electorales de hace tres semanas. Sin embargo, también les dio una instrucción inusual: aprovechar estas últimas semanas al máximo, no como un periodo de transición, sino como una oportunidad para avanzar en su agenda política.Noticia Relacionada estandar Si La democracia, la gran deuda de Biden David Alandete Los exilios de Cuba y Venezuela están hoy peor y más desmoralizados que hace cuatro añosSegún varios participantes en la llamada, Zients fue contundente: «Ejecutar, ejecutar y ejecutar. Terminemos el mandato con fuerza». Estas instrucciones contrastan con la promesa que Biden hizo a Trump durante una visita de este último a la Casa Blanca tras las elecciones, en la que aseguró que el traspaso de poderes sería fácil y ordenado.Entre los asuntos que Biden busca dejar resueltos antes de entregar el poder a Trump destacan los tradicionales indultos presidenciales, la confirmación de los jueces vitalicios pendientes en el Capitolio y una promesa clave de su campaña: conmutar por cadena perpetua las penas de muerte de unos 40 presos en el sistema federal. Este enfoque contrasta marcadamente con el de Trump, quien en sus últimos seis meses de mandato aceleró la ejecución de 13 condenados.El expresidente sí concedió indultos a varios de sus allegados, incluyendo a su estratega Steve Bannon , condenado por fraude relacionado con la construcción de un tramo privado del muro fronterizo con México; al marido de Jeanine Pirro, una presentadora de Fox News y ferviente defensora suya; e incluso al padre de su yerno, Jared Kushner.Biden, de momento, se ha limitado a indultar a los tradicionales pavos de Acción de Gracias, dos aves procedentes de Minnesota llamadas «Peach» y «Blossom». Sus nombres hacen referencia a la «flor de melocotonero», símbolo oficial de Delaware, el estado natal del presidente. Siguiendo la tradición, los pavos han disfrutado de unos días en el lujoso hotel Willard, a escasos metros de la Casa Blanca. Biden pasa esta Acción de Gracias como presidente en Nantucket, junto a su familia.En cuanto a sus compromisos internacionales, su último viaje al extranjero será a Angola. Biden había prometido, al inicio de su mandato, visitar África al menos una vez.

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