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Biden pierde la paciencia con Netanyahu por la opacidad de su plan bélico

Aunque en público el apoyo de Joe Biden a Israel en su respuesta a Hamás e Hizbolá ha sido firme e inquebrantable, de puertas adentro en la Casa Blanca hay un creciente malestar por la negativa de Benjamin Netanyahu a compartir intenciones y planes detallados sobre la esperada y supuestamente inminente respuesta a Irán por el ataque con misiles balísticos de Teherán del 1 de octubre. Este miércoles Netanyahu y Biden hablaron por teléfono por primera vez desde agosto, señal de la creciente distancia entre ambos, en plena guerra de Israel con Hamás e Hizbolá .La Presidencia norteamericana se ha marcado como prioridad que Netanyahu y su gabinete renuncien a ataques a plantas nucleares o instalaciones petrolíferas de Irán, por el riesgo que conllevan ambos. El propio Biden lo ha expresado en público en alguna ocasión, siempre al ser preguntado, absteniéndose de una petición formal por iniciativa propia. El ataque a Irán es algo que Israel lleva considerando años. En 2022 hubo un ejercicio sobre el Mediterráneo en que cazas israelíes simularon un ataque con unos parámetros similares a lo que sería una intervención contra el programa nuclear de Irán. Pero para poder acometerlo con éxito se necesitan unas bombas operadas antibúnker que, de momento, solo podría conseguir de EE.UU., que no las va a ceder.Noticia Relacionada estandar Si «O aprendes inglés o te vas a tu país»: la nueva odisea venezolana David Alandete | Corresponsal en Washington Los nuevos exiliados del chavismo que cruzaron el Darién y hoy son asilados en EE.UU. rozan el millón. Su nuevo reto es integrarse y sobrevivir a un creciente racismoLa razón es que las instalaciones nucleares iraníes más conocidas están escondidas bajo tierra para protegerlas de ataques aéreos. La de Natanz, que alberga instalaciones de enriquecimiento de uranio, está enterrada a unos 8 metros bajo tierra. La de Fordow está a una profundidad mucho mayor, entre 80 y 90 metros bajo una montaña.La Casa Blanca cree que la respuesta de Israel debe centrarse en bases militares, y quizás en algunos sitios de inteligencia o mando, según indicaron el lunes funcionarios estadounidenses en una llamada con periodistas. Estos, sin embargo, admitieron que en Washington no se tiene información de todos los planes que estudia el gabinete de Netanyahu.Un ataque a plantas nucleares conlleva, desde el punto de vista de Washington, un riesgo catastrófico para la población civil, y la posibilidad de una escalada que engulliría a toda la región . Y un ataque a la infraestructura petrolífera aumentaría los precios del crudo en plena temporada electoral, con unas encuestas que vaticinan un resultado muy reñido.Manifestantes protestan el día de la visita del primer ministro israelí Netanyahu a la Casa Blanca en Washington ReutersLibro explosivoLa distancia creciente entre Netanyahu y Biden no es una novedad. Nuevas revelaciones de un esperado libro reflejan que se ha instalado un creciente recelo entre Jerusalén y Washington, a pesar del apoyo decidido del presidente de EE.UU. tras los ataques terroristas de Hamás el 7 de octubre del año pasado, en que murieron 1.200 civiles. Molesto por la falta de transparencia de Netanyahu en una respuesta armada que solo en Gaza suma más de 40.000 muertos, Biden, llamó al israelí «jodido mentiroso» e «hijo de perra» . Fue después de que las tropas israelíes entraran en la ciudad gazatí de Rafah, según revela el nuevo libro del periodista Bob Woodward , una institución en Washington, célebre por revelar el escándalo del Watergate.Según ese libro, titulado \'War\', la relación entre ambos líderes se deterioró mucho a medida que la guerra en Gaza avanzaba durante la primavera. De acuerdo con extractos del libro, durante una llamada en abril, Biden interpeló directamente a Netanyahu: «¿Cuál es tu estrategia?», a lo que el primer ministro israelí respondió que Israel iba a entrar en Rafah, una masificada ciudad en la frontera entre Gaza y Egipto. Biden, frustrado, le respondió, empleando su apodo: «Bibi, no tienes estrategia». Además, Woodward relata que Biden también afirmó que a Netanyahu «no le importa Hamás» y que solo se preocupa «por sí mismo», en referencia a su supervivencia política.El libro también revela tensiones adiciones en mayo de 2024, después de que las fuerzas israelíes entraran en Rafah. Biden expresó en privado su enfado, refiriéndose a Netanyahu como «un maldito mentiroso». «Ese hijo de perra, Bibi Netanyahu, es un mal tipo. ¡Es un jodido mal tipo!» declaró Biden a uno de sus asesores en la primavera de 2024, escribe Woodward.Manifestantes portan ataúdes simulados con las imágenes de Biden y Netanyahu durante una protesta propalestina en Estambul, Turquía ReutersFrustración presidencialEste tipo de declaraciones reflejan la creciente frustración del presidente de EE.UU. con el manejo de la guerra por parte de Netanyahu y las acciones militares de Israel en Gaza. En la campaña de primarias, Biden se enfrentó a crecientes protestas de jóvenes activistas que le apodaron «Joe el genocida» por su apoyo económico y militar a Israel en su campaña contra Hamás. Uno de los exabruptos más relevantes entre los dos ocurrió cuando, tras un ataque aéreo israelí en Beirut en julio de 2024, que mató a un comandante de Hizbolá y a tres civiles , Biden reprendió duramente a Netanyahu en una llamada, diciendo: «Bibi, ¿qué demonios?», y advirtió que la percepción internacional de Israel era cada vez más la de un «estado rebelde».La relación ha estado marcada por múltiples desacuerdos desde que Netanyahu formó una coalición con figuras de la extrema derecha israelí en 2022 y por las polémicas reformas judiciales propuestas por su gobierno en 2023. Antes, en 2010, cuando Biden era vicepresidente, Netanyahu anunció una expansión de asentamientos en Cisjordania durante una visita del primero a Israel, lo que la Casa Blanca tomó como una grave afrenta. En 2015, Netanyahu afrentó a Obama y Biden al aceptar una invitación del Capitolio para dirigirse a las dos cámaras legislativas criticando el acuerdo nuclear de Irán, del que Donald Trump se salió.Netanyahu tuvo una mejor sintonía con Trump cuando este estaba en la Casa Blanca, y obtuvo un plan de paz que dejaba de lado a los palestinos y apuntaba a reconocimientos mutuos con los grandes países árabes. Lo logró con Marruecos, Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Sudán, pero quedó en fase negociadora con Arabia Saudí. Trump mantiene que con él en la Casa Blanca, Hamás no se hubiera atrevido a atacar a Israel y no hubiera habido tantas bajas civiles después.

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