En una decisión que ha encendido alarmas dentro y fuera de su espacio político, la diputada provincial del PRO en Corrientes, Lorena Lazaroff, votó en contra del proyecto de ley para implementar la boleta única en la provincia. Este polémico posicionamiento, alineado con el gobernador Gustavo Valdés, expone no solo la cercanía de Lazaroff con el oficialismo local, sino también las profundas contradicciones del PRO, tanto en su estrategia nacional como en las alianzas que mantiene en provincias clave.
El voto de Lazaroff no solo contradice la línea histórica del PRO, que a nivel nacional impulsa reformas como la boleta única y la ficha limpia, sino que también genera sospechas por sus vínculos con Humberto Schiavoni, exdirector de la Entidad Binacional Yacyretá y un operador político clave en la región. Schiavoni, conocido por sus acuerdos con oficialismos provinciales, parece haber reaparecido en Corrientes recientemente, reforzando el ala más complaciente del PRO con el gobierno de Valdés.
Esta derrota es un golpe significativo no solo para el oficialismo provincial, sino también para sus aliados dentro del PRO, que ahora deben explicar cómo una legisladora de su espacio contribuyó a un debate que expone fisuras en ambas fuerzas.
Consultado sobre el tema, el presidente del PRO Corrientes expresó: “Es una decisión personal de la diputada Lazaroff. El partido se manifestó a favor de la boleta única en la última asamblea provincial y no vamos a permitir que posturas individuales perjudiquen nuestro compromiso con la transparencia. Tomaremos medidas para garantizar que esto no vuelva a ocurrir.”
Este episodio pone en evidencia las diferencias internas dentro del PRO en Corrientes. Por un lado, está el sector liderado por Garavano, que busca un PRO protagonista, dispuesto a salir a competir con una agenda clara y sin concesiones. Sin embargo, se plantea la duda de si Garavano tendrá la “nafta” suficiente para sostener esta posición frente al sector de Lazaroff, apoyado por los acuerdos que Humberto Schiavoni, el operador político clave del macrismo en el NEA, parece estar tejiendo en la provincia.
A esto se suman las contradicciones en el discurso de Lazaroff. Durante su intervención, no solo votó en contra de la boleta única, sino que también criticó su implementación en Santa Fe, alegando un aumento en los votos nulos. Este sistema, sin embargo, es impulsado por la actual vicegobernadora de Santa Fe, Gisela Scaglia, quien también es presidenta del PRO en ese distrito. Lazaroff no solo rompió con los principios de su partido, sino que además atacó una política defendida por sus máximos referentes nacionales, aumentando las tensiones internas.
La decisión de Lazaroff refleja un problema estructural en el PRO: mientras en la Nación se presentan como paladines de la transparencia y el cambio, en provincias como Corrientes se permiten alianzas ambiguas que benefician a los oficialismos de turno. Este doble estándar mina la credibilidad del partido y deja en evidencia la incapacidad de Mauricio Macri y su entorno para alinear los intereses locales con una estrategia nacional coherente.
A nivel nacional, la cúpula del PRO ha optado por guardar silencio ante estos deslices, lo que refuerza la idea de que el partido está dispuesto a jugar a dos puntas si eso asegura su supervivencia en territorios donde no tiene control absoluto. Pero este pragmatismo tiene un límite, y el electorado comienza a notar las fisuras.