Debatirán en torno al multilateralismo y a los problemas globales de la actualidad, especialmente enmarcados en la pospandemia, el conflicto en Ucrania y sus consecuencias. Desde Estados Unidos dejaron trascender que no quieren que asista Vladimir Putin y que si lo hace pretende que se invite a Volodimir Zelenski.
El canciller Santiago Cafiero llegó a Indonesia para participar de la Reunión Ministerial de Relaciones Exteriores del G20 que se realizará entre este jueves y el viernes en la isla de Bali.
Cafiero, junto a sus pares del G20 y representantes de organismos internacionales y regionales, "debatirán en torno al multilateralismo y a los problemas globales de la actualidad, especialmente enmarcados en la pospandemia, el conflicto en Ucrania y sus consecuencias sobre la seguridad alimentaria y energética mundial", detalló en un comunicado el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto.
El Canciller viajó acompañado de la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Cecilia Todesca Bocco, y de la jefa de Gabinete de la Cancillería, Luciana Tito, para llevar adelante en los márgenes de la cumbre una agenda de reuniones bilaterales.
Además, se espera avanzar en esta reunión con "las discusiones de cara a la Cumbre de Líderes del G20" que se realizará el 15 y 16 de noviembre próximos, en la que intervendrá el presidente Alberto Fernández.
"Este año, bajo la presidencia de Indonesia, el G20 lleva como los tres temas prioritarios la arquitectura mundial de la salud, la transformación digital y la transición energética sostenible", detallaron desde el Palacio San Martín.
El G20 reúne más del 80 por ciento del PBI mundial, el 75 por ciento del comercio internacional y el 60 por ciento de la población mundial. Sus integrantes son: Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Francia, Alemania, India, Indonesia, Italia, Japón, República de Corea, México, Rusia, Arabia Saudita, Sudáfrica, Turquía, Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Europea. España también participa como invitada permanente.
Asimismo, los organismos internacionales invitados habitualmente por el G20 son la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OCDE), el Consejo de Estabilidad Financiera, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Banco Mundial (BM), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización Mundial del Comercio (OMC).
La tensión por la guerra
En medio de la tensión que se anticipa, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores alemán, Christian Wagner, dijo que la reunión no será una "cumbre normal" ni "una actividad habitual", mientras el anfitrión, Indonesia, intenta mediar.
En su condición de anfitriona y presidenta pro-tempore del bloque, Indonesia se ha visto atrapada en el centro de una tormenta geopolítica en torno de la guerra, intentando atenuar las amenazas de las potencias occidentales de boicotear las reuniones.
"No es momento de atizar tensiones que puedan afectar a la recuperación económica global y mucho menos amenazar a la paz mundial (..), es necesario que todas las partes pongan fin a sus roces y rivalidades", dijo el presidente indonesio, Joko Widodo, en un mensaje publicado por la prensa estatal indonesia.
Sin embargo, pese a los intentos de Widodo, se teme que en lugar de proporcionar unidad, las conversaciones acaben exacerbando las divisiones existentes en torno del conflicto en Ucrania.
Alemania preside el Grupo de los Siete países industrializados y coordinará en Bali cómo responder a Lavrov a la luz de la guerra en Ucrania, dijo el portal alemáb DW.
Los jefes de las diplomacias estadounidense, rusa y china, Antony Blinken, Lavrov y Wang Yi, respectivamente, asistirán a la reunión, que sentará las bases para una cumbre de líderes del G-20 en noviembre.
Será la primera vez que Blinken y Lavrov estén en las mismas cuatro paredes y no hay indicios de que tengan previsto reunirse por separado.
El Departamento de Estado anunció que Blinken sostendrá conversaciones por separado con Wang en un momento de relaciones particularmente tensas entre Washington y Beijing, potenciadas por los estrechos lazos de China y Rusia.
Por otra parte, en contraste con recientes reuniones con socios de la OTAN, Blinken se encontrará entre diplomáticos de países que no se alinean con el enfoque estadounidense del conflicto en Ucrania, y están más preocupados por su impacto en su realidad nacional, entre ellos India, que aumentó sus compras de petróleo ruso en momentos en que EEUU y Europa buscan neutralizar ese flujo de ingresos para Moscú.
China e India, además de Sudáfrica y Brasil, no se han sumado a la férrea oposición de Washington y la Unión Europea a la invasión de Ucrania, e incluso algunos han rechazado categóricamente los pedidos occidentales de unirse a las condenas hacia el conflicto.
Todo este escenario pondrá cortapisas al intento de lograr un consenso del G-20 sobre los esfuerzos para atenuar los impactos alimentarios y energéticos del conflicto, adelantaron observadores internacionales citado por portales informativos de internet.
EEU buscará que el G-20 apoye una iniciativa -respaldada por la ONU- para liberar unos 20 millones de toneladas de cereales ucranianos para exportarlos principalmente a Medio Oriente, África y Asia.
"Nos gustaría que el G-20 responsabilice a Rusia e insista en que apoye esta iniciativa", dijo Ramin Toloui, subsecretario de Estado para Asuntos Económicos y Comerciales.
Estas discrepancias anticipan una reunión potencialmente polémica antes de la cumbre del G-20 de noviembre en medio de dudas sobre si a ella asistirá el presidente ruso, Vladimir Putin.
Desde Bali, Blinken viajará a Bangkok, Tailandia, para compensar una visita que se vio obligado a cancelar a fines del año pasado debido al covid, donde, además de reunirse con funcionarios tailandeses, lo hará con refugiados que huyeron de la violencia política y la represión en curso en Myanmar (exBirmania) desde que un golpe de Estado derrocó a un Gobierno civil en febrero de 2021.