El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, calificó el sábado al Canal de Panamá como «un activo nacional VITAL para los Estados Unidos» y amenazó con retomar su control.
En tanto, el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, respondió el domingo asegurando que el Canal seguirá estando en manos panameñas.
Con una longitud total de más de 80 kilómetros, el Canal de Panamá conecta el océano Pacífico y el océano Atlántico, sirviendo como una vía marítima vital para el comercio global.
El transporte por el Canal es uno de los principales pilares de la economía de Panamá.
El Canal es tanto una vía económica crucial como un recordatorio de la lucha del país por recuperar su independencia y trazar su propio futuro.
«Cada metro cuadrado del Canal de Panamá y su zona adyacente es de Panamá y lo seguirá siendo. La soberanía e independencia de nuestro país no son negociables», afirmó este domingo el presidente panameño, José Raúl Mulino, tras las declaraciones del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien amenazó con retomar el control del Canal.
El Canal simboliza la lucha del país por recuperar su independencia y definir su propio futuro.
El 9 de enero de 1964, las protestas por la bandera escalaron a enfrentamientos violentos después de que residentes estadounidenses en la Zona del Canal de Panamá destrozaron una bandera panameña de las manos de estudiantes locales.
La violencia llevó a Panamá a recurrir a organismos internacionales.
En 1973, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas celebró una sesión extraordinaria en la Ciudad de Panamá, en la que el entonces líder panameño general Omar Torrijos pronunció un apasionado discurso condenando el colonialismo estadounidense.