Se podrían evitar entre el 30% y el 50% de las enfermedades oncológicas reduciendo los factores de riesgo y viviendo mejor. “Carcinógenos”, una palabra a tener en cuenta cuando se busca prevenir.
El cáncer es una enfermedad caracterizada por la multiplicación rápida y completamente descontrolada de células anormales, que se extienden más allá de sus límites habituales y pueden invadir partes adyacentes del cuerpo o propagarse a otros órganos, en un proceso que se denomina «metástasis». La extensión de las metástasis es la principal causa de muerte por la enfermedad. El tumor primario puede surgir en cualquier órgano, pero las formas más frecuentes de cáncer se originan en mama, pulmón, colon, próstata, piel y estómago en ese orden.
El cáncer es una enfermedad severa, incluso puede ser mortal. Afecta seriamente la calidad de vida de quien la padece y su entorno. Además, los costos en salud relacionados a los cuidados y tratamientos que requiere esta enfermedad, son altísimos, dada su alta prevalencia a nivel global.
Es una enfermedad multifactorial, condicionada por muchos factores causales. Si bien la incidencia del cáncer aumenta con la edad, de la interacción entre la predisposición genética y medioambientales o epigenéticos devienen la mayoría de los casos. Se denomina carcinógeno, a aquellas sustancias o factores de riesgo, sobre los cuales hay evidencia científica que se asocian a mayor prevalencia de ciertos tipos de cáncer.
Los carcinógenos se clasifican en físicos (radiaciones UV o ionizantes), químicos (metales pesados, aflatoxinas, aditivos alimentarios, humo de tabaco, alcohol, arsénico, etc) y biológicos (virus hepatitis B, HPV, entre otros).
La prevención es fundamental: Se presume que se podrían evitar entre el 30% y el 50% de los casos de cáncer reduciendo los factores de riesgo y aplicando estrategias de prevención.
Las principales medidas de prevención y que más impactan para reducir la morbimortalidad por cáncer se asocian a un estilo de vida saludable y se detallan a continuación:
- Alimentación antinflamatoria, plena de nutrientes y antioxidantes, presentes en vegetales y hortalizas. Consumo de agua segura y de calidad.
- Mantener un peso corporal adecuado
- Actividad física y buen descanso. Reducción del stress crónico
- Contacto con la naturaleza y exposición solar moderada.
- Ambientes libres de humo de cigarrillo y mínima contaminación ambiental
- Reducir el consumo de tabaco, alcohol y otras drogas
- Minimizar la exposición ocupacional en los ambientes de trabajo
- Prevención y tratamiento oportuno y adecuado de infecciones.
La morbimortalidad por cáncer se puede además reducir mediante la detección precoz y el tratamiento oportuno y adecuado. Si se diagnostica a tiempo y se trata adecuadamente, las probabilidades de curación de muchos tipos de cáncer son elevadas.
Los programas de tamizaje y educación de la población, además de la consulta oportuna puede salvar vidas. La finalidad del tamizaje es detectar indicios de un cáncer concreto o una determinada lesión precancerosa en personas asintomáticas. Cuando se encuentran anomalías durante el tamizaje deberán realizarse más pruebas para confirmar o descartar el diagnóstico y para derivar al paciente a tratamiento, si es necesario.
El diagnóstico precoz es clave. Cuando el cáncer se detecta en una fase temprana, es más probable que responda al tratamiento, lo que podría aumentar las probabilidades de supervivencia y reducir la morbilidad. Si la enfermedad se detecta pronto y no se retrasa la atención se puede mejorar significativamente la vida de los enfermos oncológicos. El diagnóstico precoz consta de tres pasos:
- Educación acerca de los síntomas y de la importancia de acudir al médico si se observan anomalías que suscitan preocupación
- El acceso rápido y oportuno a los servicios clínicos de evaluación y diagnóstico
- La derivación oportuna del paciente a los servicios de tratamiento oncológico.
En relación al tratamiento, el primer paso y más eficaz en un cáncer es acertar con el diagnóstico, ya que cada tipo de cáncer requiere un tratamiento concreto. Entre los tratamientos podemos citar la cirugía, la radioterapia y la terapia sistémica (quimioterapia, tratamientos hormonales, tratamientos biológicos dirigidos). Para seleccionar la pauta terapéutica correcta se deben tener en cuenta tanto el tipo de cáncer como el enfermo.
La finalización del protocolo de tratamiento en un período definido es importante para lograr el resultado terapéutico previsto.
Cáncer: concientizar y actuar en la prevención
Algunos cánceres, como el de mama, cuello uterino, o colorrectal tienen probabilidades de curación elevadas cuando se detectan de forma temprana y se tratan de acuerdo con las prácticas óptimas.
Sin embargo, se observan variaciones significativas en la disponibilidad de tratamiento entre los países en función de su nivel de ingresos. Según diversos informes, más del 90% de los países de ingresos altos ofrecen un tratamiento integral del cáncer, mientras que en los países de ingresos bajos esta proporción es inferior al 15%.
El objetivo principal siempre será curar el cáncer o prolongar de forma significativa la vida del paciente. Otra meta importante es mejorar su calidad de vida, y que pueda tener un bienestar físico, psicosocial y espiritual, mediante cuidados paliativos en las fases terminales. El adecuado tratamiento y los cuidados paliativos son esenciales en estos pacientes.
La finalidad de los cuidados paliativos no es curar el cáncer, sino aliviar los síntomas que causa y mejorar la calidad de vida de los pacientes y de sus familias. Los cuidados paliativos son necesarios en etapas avanzadas de la enfermedad, cuando los pacientes tienen pocas posibilidades de curación.
En más del 90% de los enfermos que se encuentran en esas etapas, los cuidados paliativos permiten aliviar los síntomas, proporcionar contención y acompañar en los momentos finales al paciente y su familia. Las estrategias de atención comunitaria y domiciliaria son esenciales para ofrecer servicios de cuidados paliativos y de alivio del dolor.
Finalmente, es responsabilidad de todos contribuir a nivel familiar y comunitario, para acompañar al paciente con cáncer y a su familia. Tanto dentro del sistema de salud como en el seno de las comunidades, son pacientes que requieren un trato humanitario y compasivo por parte de quienes los asisten y acompañan.