Monseñor Adolfo Ramón Canecin, obispo de la Diócesis de Goya, pronunció la invocación religiosa, con motivo de los 211 aniversario de la creación del Primer Gobierno Patrio, remarcando que “como en aquel entonces, también hoy, hacemos oración” y continuo con un texto de “la palabra del Señor, es luz para nuestra mente y fuego para nuestro corazón” leyendo un pasaje del evangelio de San Mateo.
“Es tiempo de hacer historia” fue la frase en la centró su reflexión, adhiriendo al mensaje en conjunto que este día, emitieron los cuatro obispos de la provincia de Corrientes, y recordó que “seguramente se dijeron aquellos hombres y mujeres, hace más de doscientos años atrás cuando buscaron un consenso, cuando supieron posponer intereses personales, sectoriales hasta ideológicos”.
Continuó remarcando que “es legítimos que tal o cual persona tenga su interés o responda a un determinado sector”, sin embargo, “en esa época ellos también dijeron es tiempo de hacer historia y, marcaron huellas que llegan hasta nuestros días y cada año en esta fecha hacemos memoria agradecida de nuestra historia y nos suscita enorme admiración” subrayó el obispo, durante el acto que se cumplió en la plaza principal de la ciudad, frente a la Iglesia Catedral, con un estricto protocolo sanitario de distanciamiento de personas y con escasa presencia de funcionarios públicos.
“Este 25 de mayo nos recuerda nuestro corazón de niños o adolescentes, que latía fuerte cada vez que llegaban fechas patrias como estas” al tiempo que se preguntó ¿ No sé si las nuevas generaciones al no tener, como tuvimos nosotros, los adultos esta experiencia, van a latir como a nosotros?”.
Remarcó que “no es suficiente una actitud de admiración frente a aquellos hombres y mujeres que se dijeron es tiempo de hacer historia, que buscaron consenso y se encontraron en pos del bien común, la verdad y de la justicia, animandose a intentar construir sobre una roca firme y de hecho así lo hicieron”.
“Es tiempo de poder hacer historia, tenemos que poder repetir nosotros, hoy, aquí y ahora” afirmó e instó “ser hoy los protagonistas y, estimulados por aquellos que lo hicieron antes que nosotros, los valores y actitudes de aquellas cosas que llevaron a construir esta Patria nuestra”.
Invito a tener la actitud de “magnanimidad”, que es la virtud que tiende a la realización de cosas grandes, es “la grandeza de alma, para poder posponer intereses sectoriales y personales, para buscar el bien común, que es el mayor de los bienes, el bien de todos, integrando a todos, en especial a los más pequeños, débiles y frágiles”.
¿Cuánto tenemos que superar hoy, los argentinos aquellas estrechez mentales y de corazón, para tener la virtud de la grandeza de alma? Preguntó el obispo.
Para asumir como estilo la verdad, la solidaridad, la justicia y el bien común.
Otra virtud es “rescatar” de los próceres de esa época la “longanimidad”, que es la virtud de la generosidad y amplitud de ideas y de conductas, que “nos lleva a hacer cosas a largo plazo, no solo en la inmediatez y del paso, no solo en la coyuntura del momento para tener cierto rating o marketing”enfatizo.
Invitó a los presentes y los que seguían la transmisión por los medios de comunicación a rezar la oración por la Patria “Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos”.
“Desde este rincón de la patria invito a pensar en toda la extensión de esta patria, desde el extremo sur al norte, del este al oeste, y abarcar toda la geografía y a todos los que poblamos esta bendita tierra, al hacer memoria de esta fecha patria de los que hicieron hace 211 años atrás que hoy esta bendición y las palabras nos graben a fuego que es tiempo de hacer historia y, que todos nosotros pongamos de nuestra parte para dejar huellas y que las generaciones futuras hagan memoria de historias remotas pero también de las huellas que supimos dejar nosotros” concluyó el prelado.-