Política

Capital: Otra manifestación de la increíble Dirección de Catástrofe

(IMÁGENES) Increíble estado de deterioro total del edificio se observa en la Dirección General de Catastro de la Provincia, dependiente del Ministerio de Hacienda y Finanzas; donde esta mañana sus empleados volvieron a cortar la calle no solo en señal de protesta porque tienen que atravesar diariamente estas vicisitudes que incluso ponen en riesgo sus propias vidas, sino porque sus reclamos generales por salarios y precarización laboral caen permanente en sacos rotos.



Los empleados de Catastro cortaron nuevamente la calle sobre 9 de Julio al 1500 (frente al Arzobispado de Corrientes), protestando para que alguien escuche la necesidad de actualizar la Ley de Convenio que comprende a los trámites especiales, urgentes y súper; con la consiguiente compensación salarial que ello implique.



“También exigimos la rendición de gastos del 20% del presupuesto que debería ser destinado a Catastro y que lo manejan desde el Colegio de Agrimensores”, puntualizaron juntamente con la necesidad del “pase a planta de los compañeros precarizados, algunos de los cuales están con más de 10 años prestando servicios en estas condiciones”, señalaron ante nuestro portal.



Es muy grave todo lo que ocurre en la Dirección de Catastro, cuyas instalaciones verdaderamente se caen a pedazos y no se observa ningún gasto de mantenimiento que debería hacerse con el 20% que lo administran, según denuncian, desde la entidad que nuclea a los agrimensores.



En cuanto a la precarización laboral, también es altamente irregular aunque recientemente eran 22 personas y ahora solo quedaron 18 empleados, a quienes se debe sumar otra veintena que contrató el Colegio de Agrimensores para que trabajen en Catastro como “monotributistas”.



Ante esta situación caótica, con tantas irregularidades laborales y un edificio parecido a un bombardeo en Irak; para el subsecretario de Hacienda, contador Marcelo Rivas Piasentini, de cuya cartera depende Catastro, “está todo bien, todo normal”. Aunque el cuarto piso del edificio de 9 de Julio 1536 se asemeja más a una zona bombardeada. “Es una locura trabajar así”, dijeron.

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