Apenas asumió la presidencia, Javier Milei anunció, en un impostado “tono triunfal” y ante el “delirio” (dicho en sus varias connotaciones) de sus partidarios congregados frente al Congreso, que se paralizaban todas las obras públicas y todos los planes de inversiones, incluyendo los ya comenzados y los que contaban con financiación externa blanda (en muy buenas condiciones).
Insólito e incoherente en grado superlativo, que semejante parálisis brutal de la actividad económica provocada por el total parate a las obras públicas y otras acciones del Estado (que se profundizó en forma casi inmediata ante los masivos cierres de industrias), haya sido anunciado como un supuesto “gran logro”, y que unos cuantos dudosamente pensantes, lo hayan festejado.
Entre esos dudosamente o nulos pensantes, el grueso de los uniformados, llenos de odios contra todo lo nacional y popular, como les inculcaron los promotores de la errónea y hoy anacrónica mentalidad de milicos proceseros, que siguen anclados en los años ‘70.
Entre las obras que se paralizaron abrupta e injustificadamente, están las dos grandes hidroeléctricas en el Río Santa Cruz, y la Central Nuclear Atucha 3, que iba a ser la cuarta central nuclear argentina y la primera con tecnología de uranio enriquecido, además del muy importante proyecto nuclear CAREM y el reactor de baja potencia RA10.
Las dos hidroeléctricas y la nuclear Atucha 3, contaban con financiación y apoyo tecnológico de China, no por casualidad uno de los principales socios comerciales nuestros; nación que, con discutible dogmatismo propio de mentes inferiores o de psicópatas, fue dura e infundadamente denostada por el verborrágico y dudosamente fundamentado presidente Milei.
En los hechos concretos, el Plan Nuclear preexistente, que mostraba claros logros, fue paralizado mediante el viejo recurso de gobiernos reaccionarios, opuestos a nuestro desarrollo, de quitarle presupuesto; además con el perverso recurso de promover el éxodo del personal altamente calificado, al sumirlos en la desesperanza de muy bajos salarios y el cercenamiento de todo horizonte de desarrollo.
El estratégico Sector Nuclear, fue uno de los tantos hechos positivos creados por el peronismo, en 1950; y como todo lo que se haga por fuera de la economía primaria (la única promovida y aceptada por la retrógrada oligarquía rural tradicional), ha sido sistemáticamente atacado por cuanto gobierno pretoriano o civil, de netos perfiles liberales (o sea anti industrialistas y anti tecnológicos), que hemos padecido desde 1955.
En el muy nefasto y antinacional “proceso”, el Sector Nuclear se salvó del desguace al cual quería condenarlo el personero de la SRA y dueño del poder real en los primeros años proceseros, Martínez De Hoz; cuyas presiones anti nucleares fueron neutralizadas por el decidido accionar del Ingeniero Nuclear y Contraalmirante Carlos Castro Madero, quien además le imprimió fuertes impulsos.
Es sabido que a Castro Madero se le atribuyen las “desapariciones” de personal de la CNEA; si bien otras fuentes afirman que esos asesinatos se perpetraron sin la intervención del citado científico y oficial de alto grado de La Marina, quien, según esas fuentes, logró rescatar a varios de los “chupados” por los represores proceseros.
Dolorosas realidades que, con el debido respeto, no es el tema analizado en este artículo.
El renacimiento del Sector Nuclear se dio, fuertemente, en el período 2006 – 2015, en el cual hubo grandes espaldarazos, con incrementos presupuestarios del orden de 1.100 %, con fuertes y decididas concreciones, entre ellas terminar e inaugurar Atucha 2, comenzar el CAREM, y rubricar acuerdos para construir tres nuevas centrales de gran potencia, dos con respaldos de China y una de Rusia.
Pero en 2015 “pasaron cosas”, y las fuertes presiones del aparato mediático – judicial, agregado a la muy deficiente difusión del profuso accionar gubernativo de los Kirchner (un plan de obras tanto o más grande que el de Perón entre 1946 1955), hizo llegar al poder, nuevamente, a un gobierno neoliberal, empobrecedor, industricida y endeudador.
Como tal, se dedicó a frenar y comenzar el desguace del muy importante Sector Nuclear, entre otras acciones negativas, paralizando el proyecto CAREM.
El albertismo, en su tibio accionar más propio de un remedo de la social democracia europea que de un desteñido peronismo, dio algún apoyo al CAREM, pero es un “secreto a voces” que uno de sus funcionarios, apodado “zapatitos blancos”, respondiendo a “sugerencias” de “la embajada”, se dedicó a pisar el acuerdo con China para Atucha 3.
Dentro de las múltiples y explícitas “sugerencias imperativas” que diversos personeros del neocolonialismo que busca “alinear” al “patio trasero”, ejercen sobre nuestra desteñida soberanía, forzaron una visita de expertos nucleares al Proyecto CAREM, la cual según trascendió se hizo sin permiso especial previo alguno. Es bien sabido que el CAREM está mucho más avanzado que un proyecto similar que tiene EEUU, ventaja que, si hubiera concreto patriotismo y soberanía en Argentina, debería utilizarse en beneficio nuestro.
Con muchos bombos y platillos, Milei, rodeado del “nuevo referente” del gobierno, un financista vinculado a Goldman Sachs (mega grupo financiero mundial) -que no demostró conocimientos de Energía, Demián Reidel, quien en su alocución hizo afirmaciones incoherentes, como decir que los cortes de luz serán un mal recuerdo de una época en que la Argentina desaprovechaba sus enormes recursos
Esas y otras afirmaciones huecas y grandilocuentes, son incoherentes en el marco de “nucleofobia” que demuestran los actuales gobernantes. Caben tres posibilidades ante las muy incoherentes afirmaciones de Reidel: 1- no sabe nada de lo elemental de Energía, 2- miente deliberadamente, 3- no sabe y además miente. No por casualidad se lo ubica a Reidel vinculado al Toto Caputo, endeudador externo serial, promotor de la timba financiera oficial, experto en crear condiciones de fuga de divisas, y recientemente, entregador del oro de nuestras reservas, a la Banca del Reino Unido.
El disertante estrella del acto fue el presidente de la OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica), nuestro connacional Rafael Grossi, cuya participación cuesta entender y justificar, en un acto meramente declamativo, orquestado por un gobierno claramente antinuclear; en el cual el diplomático Grossi habló sin decir nada en concreto…rara habilidad por cierto.
Cerrando el acto, el discurso de Milei, fue la ya típica monserga de alabanzas al libertarismo, con autobombo y nulas precisiones, sin definir nada en concreto… menos aun en lo referente a quitar la asfixia presupuestaria y mejorar los deteriorados salarios, del agredido (en los hechos) personal del Sector Nuclear.
En síntesis, un acto que fue solo humo, sin contenido concreto.
Mientras tanto, trascendieron acciones de patentamiento del CAREM en EEUU, y gestiones para incorporar “inversores” de ese origen. Eso es preocupante, pues implicará en los hechos entregar nuestros avances tecnológicos, subordinándonos al poderío y dictados del Estado Nacional yanqui, que es el que maneja y dirige el accionar nuclear allá, a contramano del ultra privatismo que pregona nuestro extraviado presidente.
Me permito transcribir una frase elocuente y precisa, dicha por uno de los pocos calificados expertos en Energía Nuclear opinante del tema, a la vez que definido patriota en su claro posicionamiento: “todo lo que hicieron en el 2024 en energía nuclear fue desarmar, destruir y vaciar, desarmar, destruir y vaciar”.
Mgtr. Carlos Andrés Ortiz
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos