Política

Causa de los cuadernos: se reactiva la investigación por adulteraciones

El juez Martínez de Giorgi fue ratificado al frente del caso que investiga más de 1.500 irregularidades en las copias de los cuadernos de Oscar Centeno, entre adulteraciones y tachaduras, entre otras.



La Cámara Federal porteña rechazó este miércoles la recusación planteada contra el juez Marcelo Martínez de Giorgi en la causa en la que se investiga si los cuadernos del ex chofer del Ministerio de Planificación, Oscar Centeno, fueron adulterados o reescritos por una mano distinta a la suya, tal como denunció un empresario cuyo nombre aparecía en esos textos.



El juez de la sala uno del tribunal de apelaciones Mariano Llorens resolvió "confirmar la resolución del juez de grado en cuanto rechazó la recusación a su respecto", según surge del fallo de cinco páginas conocido por la tarde.



La recusación había sido presentada por Jorge Bacigalupo, el amigo de Centeno que tuvo bajo su custodia los cuadernos, luego de que el magistrado allanara su casa en marzo pasado bajo la sospecha de que él pudo haber sido el autor de las adulteraciones de los textos, que fueron detectadas también en un peritaje oficial.



Bacigalupo, asistido por la abogada Nuria Dendrak, había reclamado que Martínez de Giorgi sea apartado del expediente porque mantiene una amistad con el abogado Miguel Angel Pló, que se encuentra procesado en uno de los tramos de la causa de los cuadernos.



Ese argumento había sido esgrimido por el propio magistrado para excusarse de intervenir en expedientes derivados de la causa de los Cuadernos cuando le tocó subrogar el juzgado del fallecido Claudio Bonadio pero ya en aquella oportunidad la Cámara Federal porteña lo mantuvo a frente de esos casos, como lo hizo ahora el juez Llorens.



"El eje sobre el cual se encaminó la recusación se basó en un vínculo personal entre el juez y otras personas que no son partícipes de este proceso ni del objeto que está llamado a develar", sostuvo el camarista.



"No desconozco la relación objetiva de todo el universo de sujetos procesales de aquel otro sumario con la prueba cuya legalidad es materia de crítica en este expediente. Sin embargo, tampoco dejo de advertir que las imputaciones que se les dirigen se asientan sobre un terreno más amplio. Ellas se erigen sobre prueba independiente y autónoma de los 'cuadernos' que son aquí cuestionados a partir de una óptica que todavía se exhibe difusa y un tanto vidriosa", enfatizó.



"La amistad íntima invocada y, como correlato de ello, el interés directo en el proceso se desvanece desde el momento en que las personas involucradas en esa relación no tienen ningún grado de participación en la presente investigación", sostuvo Llorens.



Este expediente se inició con la denuncia por una presentación del empresario Armando Loson, imputado colaborador de la causa de los cuadernos, quien detectó a través de un peritaje privado que los textos de Centeno habían sido escritos por más de una mano.



En marzo pasado, el juez Martínez de Giorgi allanó la casa de Bacigalupo después de recibir los primeros resultados de una pericia ordenada para intentar determinar a quién pertenecía la letra de las reescrituras detectadas en los cuadernos de Centeno por un peritaje oficial y denunciada antes por el empresario Loson.



Esa medida permitió descartar la intervención de la exesposa de Centeno, Hilda Horovitz, sobre los manuscritos, pero no la de Bacigalupo.



"No puede descartarse una posible participación del nombrado en las alteraciones y/o modificaciones de los manuscritos cuestionados, cuya sospecha habilita a indagar en la recolección de otras pruebas válidas para el éxito de la investigación", sostuvo el Martínez de Giorgi al ordenar el allanamiento.



El estudio pericial para intentar determinar de quién son las letras supuestamente adicionales que aparecen en los cuadernos de Centeno lo realizó el personal de la División Scopometría de la Policía Federal Argentina, informaron fuentes judiciales quienes "no pudieron afirmar con certeza, ni descartar su intervención", resumieron fuentes judiciales.



Bacigalupo es un policía retirado que tuvo bajo su custodia los cuadernos cuya redacción se atribuyó el exchofer del ministerio de Planificación, Centeno, y fue quien se los entregó a un periodista del diario La Nación que luego los llevaría al fiscal federal Carlos Stornelli.



En Bacigalupo comenzó el circuito conocido de los cuadernos que luego se transformó en una causa judicial, a cargo del juez Claudio Bonadio, por la que luego estuvieron detenidos decenas de exfuncionarios y empresarios y por la que fue procesada la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.



El peritaje oficial que confirmó que en los cuadernos de Centeno había letras de distintas personas -tal como había denunciado el empresario Loson- fue también realizado por la División de Scopometría de la Policía Federal.



A partir de su confirmación por parte de la Cámara Federal, el juez Martínez de Giorgi avanzaría con las medidas tendientes a identificar quién manipuló los cuadernos de Centeno: una de ellas es comparar los manuscritos secuestrados en la casa de Bacigalupo con las modificaciones detectadas en los cuadernos de Centeno.

Otra medida, señalaron fuentes judiciales, podría ser la de convocar al propio Bacigalupo para tomarle un cuerpo de escritura con el objetivo de compararlo con los textos investigados.

IRREGULARIDADES CAUSA DE LOS CUADERNOS

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