Un operativo hermético realizado entre detectives de la Unidad Especial de Investigación del Crimen Organizado de la Policía de Santa Fe y la Superintendencia de Investigaciones de la Policía Federal implicó nueve allanamientos en los que se efectuaron detenciones en distintos barrios ubicados de Rosario.
Se trató de una investigación que llevó adelante durante varios meses la Fiscal Georgina Pairola de la UFE de Homicidios Dolosos, en conjunto con la Policía de Santa Fe y la Policía Federal Argentina sobre distintas organizaciones vinculadas al narcotráfico, acusadas de homicidios, balaceras y otros hechos aberrantes.
La organización criminal responde a la banda conocida como Los Monos, cuya zona de operaciones está asentada en el noroeste de la ciudad y se "bautizaron" como “La Mafilia”. Este grupo se dedicaba al narcomenudeo. Está acusado de homicidios, amenazas y balaceras a viviendas, escuelas y negocios, todo dentro de la guerra entre bandas por el control del territorio, hechos que fueron de público conocimiento durante lo que va del año.
“La Mafilia” responde al Gordo Vilches, uno de los líderes de Los Monos, quien se encuentra detenido en la Unidad Penitenciaria de Rawson, Si bien Vilches responde a “Guille Cantero, está enemistado con otra facción de la banda liderada por el Pollo Vinardi y Toro Escobar, lo que provocó ese enfrentamiento en las calles de la ciudad de Rosario por el territorio.
Los sucesos de violencia extrema expusieron como telón de fondo una fractura en el interior de la banda de Los Monos, que se dirime con disparos y muertes, pese al papel de “mediador” de Ariel “Guille” Cantero, jefe de las facciones en pugna alojadas en distintos penales del país.
Las escuchas dan cuenta de que integrantes de la banda de Damián “Toro” o “Guampa” Escobar y Leandro “Pollo” Vinardi mantienen una feroz disputa con al menos tres internos del penal chubutense. El narco proveedor Rodolfo Héctor “Eri” Masini y su aliado Leandro “Gordo” Vilches, a quienes se le suma Pablo Nicolás Camino, sindicado como quien digitó la mano de obra que secuestró y mató al músico punk Lorenzo “Jimi” Altamirano el 1 de febrero, en cuyo cuerpo dejaron una nota escrache dirigida a Escobar y Vinardi. Luego de ese asesinato, hubo otros hechos de sangre con el mismo modus operandi para ensuciar al otro bando.
En la operación se logró la captura del líder de esta organización y de tres personas sindicadas como los sicarios, se secuestró droga y armas de fuego utilizadas en los distintos hechos.