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Central fue pura efectividad, goleó 3 a 0 a Vélez en el Gigante y recobró el ánimo

 

Rosario Central goleó 3 a 0 a Vélez Sarsfield, por la fecha 16 de la Liga Profesional, en el estadio Gigante de Arroyito. 

El partido arrancó con Central poniéndole ritmo, buscando tener la iniciativa y llevarse puesto al lìder del torneo. Tenía más actitud que en partidos anteriores.

Sin embargo, ese ímpetu inicial le duró poco. Rápidamente, el puntero del torneo tomó las riendas del encuentro.

Todo pasaba lejos de los arcos. Mucha fricción y pierna fuerte, nada de fútbol.

Central dispuso de una ocasión fundamental para abrir el marcador, vía penal. Y la aprovechó. Malcorra la cruzó de zurda, vía penal, y puso arriba al Canalla.  

 

El Fortín llegó a los 35, con un cabezazo de Romero tras peinada de Ortíz que contuvo Broun. Central necesitaba hacerse de la pelota, tranquilizarse y hacer correr a su rival. Sostener la diferencia con inteligencia.

Así se fueron al descanso, con el Canalla habiendo aprovechado un error no forzado de su rival. No mucho más que eso.

En el complemento, Vélez salió a vender cara la derrota y se adelantó en el campo. La diferencia numérica en el campo no se notaba.

Central estaba dormido, le costaba salir del letargo, entregaba la pelota y sufría con cada intento adversario. Hacían falta un par de piernas frescas para renovar la estructura.

Con ese sentido ingresaron Jonathan Gómez y Gaspar Duarte en el medio, tratando de volver a recobrar el protagonismo y tener el balón.

A los 30, el Canalla sentenció la historia. Sández saltó más alto que todos en un córner y, con un buen cabezazo al ángulo, clavó el segundo tanto auriazul. 

 Para ponerle la frutilla al postre, hasta Kevin Ortíz tuvo su rendición. A los 39 minutos, el 45 abrió el pie tras asistencia del pibe Duarte y la colocó contra el palo izquierdo de Marchiori. Golazo. 

Hubo un buen ingreso de Duarte, atrevido el juvenil, animándose a encarar y yendo para adelante.

El Canalla se regaló una gran victoria ante el líder de la Liga Profesional, ante su gente, triunfo vital y muy necesario. Ahora, a afirmar el paso

 

 

 

 

 

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