La autora sostiene que la coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos es clave para una educación sostenible.
La educación para la sustentabilidad no es algo puntual, sino un proceso permanente, dirigido a todos los sectores de la sociedad, en el que las personas toman conciencia sobre las problemáticas de su entorno, adquieren los conocimientos relativos a esas problemáticas, y desarrollan los valores, las competencias, la experiencia y la voluntad necesarias para hacerlos pasar a la acción.
A su vez, sustentabilidad es un término muy amplio. Implica un desarrollo con justicia social, distribución de la riqueza, preservación de la naturaleza, igualdad de género, protección de la salud, democracia participativa, respeto por la diversidad cultural, entre otros temas relevantes. Por eso muchas veces nos es difícil entender por dónde empezar a la hora de enseñar sobre estos temas.
Una frase que hemos escuchado repetidas veces en torno a esta temática es: "Pensá global, actuá local". Sin embargo, esto puede no ser la mejor ideal. Cuando escuchamos o leemos sobre problemas globales, como el cambio climático o la desertificación, podemos abrumarnos antes de llegar a tomar riendas en el asunto. Jane Goodall, etóloga inglesa y activista ambiental, nos propone otra mirada desde su programa educativo Roots & Shoots, pensar local y actuar local.
Observar es el primer paso. ¿Qué está pasando en el lugar donde habito?, ¿cuáles son los impactos en el ambiente y la sociedad?, ¿cuáles son las necesidades?, ¿cuál puede ser mi ámbito de influencia? Se trata de entender realmente qué está pasando en mi territorio, cuáles son las interacciones relevantes entre personas y otros factores para empezar a resolverlo y, sobre todo, generar pertenencia y compromiso. Muchas personas comprometidas, pensando de manera local y actuando localmente, generan un gran impacto a nivel global.
Otro consejo útil es tener en cuenta la transversalidad en las problemáticas socio-ambientales. No aislar nuestras propuestas y proyectos de educación al tema central. Intentar conectarlo con el resto de las temáticas y actividades que vamos tocando.
Por ejemplo, si hablamos de mariposas, podemos abordar el tema desde la observación de su desarrollo, y hacer una introducción a los conceptos de polinización y polinizadores. Pero también podemos estudiar los ecosistemas que habitan, considerando que son indicadores de salud de estos ecosistemas. A través de las mariposas podemos conocer lugares, especies de plantas y animales asociadas y hasta costumbres y culturas. También podemos ir más a fondo y considerar que son seres vivos con millones de años de evolución, siendo un valor biológico y cultural enorme. O ligar temas más grandes, como el cambio climático, ya que hoy sabemos que el aumento promedio de la temperatura global modifica los ciclos reproductivos, sus hábitos y hasta reestructura los lugares en donde las mariposas pueden vivir. A no quedarse en lo obvio.
Siguiendo en línea con la transversalidad, asociar lo que enseñamos a nuestras vidas cotidianas es una gran idea para mostrar la interdependencia humano-naturaleza. Las problemáticas ambientales siempre están ligadas a problemas sociales, culturales y económicos. Cuando hablamos de sustentabilidad, hablamos de triple impacto. Somos uno, somos un sistema, somos naturaleza.
La coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos es clave. Si enseñamos sobre las 3 R (reducir, reutilizar y reciclar) y hacemos hincapié en que reducir es importante, después no deberíamos derrochar materiales en otras actividades, simplemente porque estamos hablando de otra cosa. Si vemos al residuo como recurso hoy, también lo hacemos mañana. Y si no podemos hacerlo, tendríamos que tener algún argumento o explicación al respecto, no restarle importancia.
El storytelling es una herramienta clave. A través de las historias podemos enseñar valores, conocimientos duros y hacer un llamado a la acción. Nuestras palabras y nuestras historias son poderosas, porque construyen realidad.
Muchos temas de sustentabilidad emergentes son demasiado nuevos y algunas veces complejos, entonces solemos reducir su abordaje a una explicación superficial o actividad sin impacto alguno. Es importantísimo hacer el esfuerzo de entender estas problemáticas para saber dónde estamos parados, a dónde queremos llegar y qué historias queremos contar.
Maite Durietz, Lic.en gerenciamiento ambiental, especialista en sustentabilidad y consultora B @unaovejaverde.
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