Luego de varios días de inconvenientes con el abastecimiento de combustible, ayer comenzó a haber signos de normalización de suministro en algunas estaciones de servicio de la ciudad de Corrientes.



Desde la noche del domingo, algunos de los surtidores que se habían quedado sin nafta y gasoil el sábado comenzaron a vender nuevamente, tras la llegada de los camiones cisterna de las diferentes marcas.


Las estaciones de servicio de YPF fueron las que más rápido recibieron stock, mientras que varias Shell y Puma continuaban provisión hasta la tarde de ayer.



En diálogo con EL LIBERTADOR, uno de los principales referentes de los empresarios estacioneros de Corrientes y el país, Carlos Gold evitó hablar de «normalización» y prefirió decir que estaban «en vías de una lenta solución».



Además, mencionó que cada estación de servicios decidirá, una vez que tenga combustible, si normaliza la venta o continúa vendiendo con cupos.



La escasez de combustibles que sufrió el país en los últimos días tuvo dos factores principales: la especulación de las empresas petroleras, que guardaron sus productos a la espera de una escalada del dólar tras las elecciones, algo que finalmente no ocurrió, y un inusual aumento en la demanda provocado por una psicosis generalizada ante el miedo a fuertes aumentos y al desabastecimiento.



El escenario mencionado provocó un quiebre en el stock, que empezó a notarse durante la semana y tuvo su pico máximo el viernes y el sábado, cuando en prácticamente todas las estaciones de servicio había filas de autos, motos y camionetas, cuyos conductores pedían llenar el tanque e incluso algunos llevaron bidones «por las dudas».



Lógicamente, tal incremento del consumo de combustible, sumado a la retención especulativa hecha por las petroleras, y algunas estaciones de servicio, provocó primero la carga con cupos y finalmente la falta de combustibles, algo que fue notorio desde la noche del sábado y hasta el domingo.