El supermercado está diseñado para hacernos consumir productos que no necesitamos. Seguro que te ha pasado más de una vez que vas a por un par de cosas que te hacen falta y vuelves a casa con el triple. Te explicamos cómo es la cesta de la compra más saludable.
Fíjate esta semana cuando vayas: en el súper los productos de primera necesidad no están nada más entrar sino que suelen estar al fondo. esto puede hacer que fácilmente te olvides de algo que necesitas o que los incluyas en menor cantidad de lo recomendado.
Al llegar a la zona de productos básicos solemos tener ya la cesta llena, estamos cansados, llevamos prisa... y eso hace que a menudo acabemos por olvidar incluir productos que sí son imprescindibles en la Dieta Mediterránea.
QUÉ FALLOS COMETEMOS AL COMPRAR
No compramos la cantidad adecuada. A veces el problema no es que no compremos los alimentos saludables que requerimos sino que no lo hacemos en la proporción correcta. Una encuesta reciente elaborada por una consultora especializada asegura, por ejemplo, que cuando compramos en una frutería cargamos un promedio de 6,9 kilos de fruta y cuando vamos a comprar a una gran superficie solo nos llevamos una media de 2,9 kilos.
Pero lo que revelan estas cifras es que no calculamos del todo bien ni en un caso ni en otro: o acabamos tirando frutas y verduras que no hemos consumido, o consumimos durante la semana menos de lo que deberíamos.
Acabamos tirando comida o no consumimos la cantidad que deberíamos
No nos decantamos por las mejores opciones. También ocurre que no escogemos las versiones más adecuadas de cada tipo de alimento: en el carro de la compra se suelen llevar más procesados en lugar de alimentos frescos o por ejemplo muchos más productos de cereales refinados en lugar de integrales.
Compruébalo, solo tienes que hacer un repaso a lo último que compraste.
COMPRAR LO NECESARIO (SIN PASARTE)
- Pasta, arroz, pan integral y patata. 4-6 raciones/día. Ten en cuenta que una ración corresponde a 60-80 g de pasta o arroz en seco (sin cocer), 40-60 g de pan o 150-200 g de patata.
- Frutas y hortalizas frescas. 5 raciones o más/día. Una ración de hortalizas o verduras son 150-200 g en crudo (1 de las raciones debes tomarla en crudo). La de fruta es de 120-200g.
- Lácteos y legumbres. 2-4 raciones/día. Una ración de lácteos corresponde a 1 vaso de leche, 40 g de queso curado, 80-125 g de queso fresco o 2 yogures. Una de legumbres son 60-80 g en seco.
- Pescado. De las 4 raciones semanales, 2 deben ser de pescado azul (salmón, anchoa, boquerón...).
- Frutos secos. Se recomienda una ración máxima de 20-30 gramos al día. No te excedas en la cantidad.
- Especias. Si las tienes a mano, recurrirás a ellas para condimentar y lograrás reducir el uso de la sal.
- Huevos. Puedes consumir hasta cinco a la semana. A pesar de tener colesterol los fosfolípidos de su yema mejoran el perfil lipídico.
- Congelados. Son una opción para cocinar un plato de forma rápida. La congelación no implica una gran pérdida de nutrientes.
- Aceite. Puedes tomar 3 cucharadas al día (y resulta adecuado hacerlo). Pero prioriza el consumo del de oliva virgen, más saludable.