Piel sensible, reactiva, poco tolerante… No importa cómo te refieras a ella, los síntomas de una piel sensible son muy claros: irritación, rojeces, sequedad y picores son los más destacados. Si tienes alguno de estos síntomas, tienes que saber que en verano, con las altas temperaturas, la exposición solar y el cloro de las piscinas, pueden empeorar, y por ello hay que seguir algunas pautas que te ayuden a minimizarlos. Apunta estas rutinas faciales para cuidar de tu piel sensible en verano.
MÁS EN TELVA