Opinión del Lector

¿Cómo, por qué y para qué hay que votar a Sergio Massa?

Primero voy a votar a Juan Grabois; después si todo sale como indica la lógica, a Massa-Rossi, con el consiguiente pedido de programa, tal como reclamamos todos y todas.



Debemos reconocer una gran generosidad política en el hecho de darle la posibilidad de participar en las internas a Grabois. Hay que ponderar esto correctamente. Podría el kirchnerismo, sin ruborizarse, haberse negado, pero no lo hizo. Es una decisión inteligente, de cuyo resultado se pueden sacar importantes conclusiones. Si la cosecha de votos es abundante, podrá marcar agenda. Si es modesta será apenas una anécdota.



Superadas las PASO, votaré a:Massa-Rossi.



¿Por qué? Primero, por una razón que pareciera de perogrullo, más no lo es. Que en el sillón de Rivadavia esté Massa en vez de Larreta o Bullrich, no puede ser evaluado como que es lo mismo, o parecido. Más allá de cualquier antipatía que nos genere el candidato, hay algo que lo hace diferente, en esta especial coyuntura. Y es que al frente Unión por la Patria lo conduce CFK. Esto no es una minucia, es central a la hora de considerar el porqué.



No entiendo cómo se puede comparar o elucubrar que es lo mismo un Frente político cuyo liderazgo indubitable lo ejerce quien es un emblema en la defensa de lo nacional y popular, razón por la cual intentaron asesinarla, que la derecha cavernaria argenta; en cualquiera de sus variantes; que además son los instigadores del intento de magnicidio. Es casi una falta de respeto, no solo a la conducta de Cristina sino al conjunto de la militancia. Eso no significa que no se cometan errores o que no se discutan ideas y programas. Pero son errores dentro de un rumbo donde se sostiene una agenda de progreso social, DDHH, distribución de la riqueza, etc. Hay que fortalecerla desde adentro, no esmerilar desde afuera! Enfrente nuestro están los monstruos afilando la cimitarra. Supongo que lo pensarán… ¡por favor!



Segundo: ¿Les parece intrascendente que el Senado sea presidido por el eficiente Agustín Rossi, comprometido sin dobleces con las causas de DDHH y la agenda popular, que el represor Morales o el fascista Petri? Y que Rossi esté acompañado por Wado de Pedro y Juliana Di Tullio, en vez del facho de José Luis Espert. Hay diferencia ¿no?



Y en Diputados, que aparezcan compañeros como: Máximo, Eduardo Valdes, Florencia Carignano, Julia Strada o Rolo Tailhade, por citar solo algunos, ¿en vez de Pichetto y compañía? tampoco se puede subestimar este “detalle”. Una bancada de patriotas, lo más numerosa y preparada como sea posible, siempre va a condicionar las miradas pro establishment. Y seguramente se constituirán en una voz, clara, alta y firme para defender derechos, que otros vienen a arrasar. No da lo mismo que estén a que no estén.



Pero hay otro punto, poco referido y ponderado, que para este escriba es una de las claves del análisis. Parto de la base que ganar la provincia de Buenos Aires es un “bien político” electoral fundamental. Pero para que este triunfo se convierta en una peana exitosa para los sectores populares, su gobernabilidad tiene un altísimo valor estratégico, tanto cómo ganar. Tomando en cuenta esta situación no hace falta ser muy avispado para ver que no es lo mismo o indiferente, para el futuro político Axel y del campo nacional y popular, que gane Massa, en vez de Larreta o Bullrich.



Si gana la derecha, al otro día de asumir estará en operaciones tanto económicas como políticas, para desestabilizar a Buenos Aires y eyectar al gobernador. Tragarse la provincia y cargarse a Kicillof es el bocado más apetecido de la reacción. Y en la volteada, con la ayuda de la Corte Suprema amiga, van a ir por otros territorios emblemáticos del kirchnerismo. A saber: Chaco, Formosa, La Rioja, Santa Cruz, Santiago del Estero y Tucumán. Ese es el contexto real existente. Cuidado con esto.



La gobernabilidad de la provincia de Buenos Aires necesita una protección política adicional a causa del injusto sistema de coparticipación, que tiene la Argentina. Esto se da a partir de los puntos que cedió el ex gobernador radical Armendáriz, que la hace muy vulnerable. Si el ejecutivo nacional no es del “palo" la situación se complica al extremo y la gestión pierde potencia. Esa dependencia del gobierno federal la deja siempre a tiro de la desestabilización. Por ende, la supervivencia exitosa de Axel como gobernador depende más que nada de quién maneje el Ejecutivo Nacional. Este es un condicionante insoslayable e independiente de la calidad de la gestión del gobernador, que en este caso es excelente. Una buena gestión a favor del pueblo es lo primero que te pone en la mira de la derecha, el mejor ejemplo de esto es la propia CFK o Boudou. Por eso Axel o Wado son -además- cuadros estratégicos de nuestro espacio, a los cuales hay que garantizar el mejor marco institucional y económico para que puedan avanzar en la representación de los intereses populares.



No son detalles los que marcamos, son razones más que valederas para que militemos en forma responsable la fórmula Massa-Rossi, aunque no sea la que más nos guste. Su triunfo tiene un gran interés político estratégico, y práctico para defender la causa del pueblo. Y más en esta coyuntura, donde debemos conservar derechos y mejorar la distribución, mientras nos preparamos para volver al gobierno plenamente, no a medias, o por aliados como ahora. En este punto, también, es fundamental el control de gestión que pueda hacer el entramado legislativo que acompaña la fórmula, así como la organización y movilización popular. La política no es una obra de teatro de una sola escena, donde lo que nos gusta debe suceder si o si; es un hecho colectivo como dicen Wado y CFK.; y se construye ladrillo sobre ladrillo, con paciencia “porque no hay cosa más sin apuro que un pueblo haciendo su historia”. Entender el momento es la parte del camino que hace historia.

Autor: Pedro Peretti|

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