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¿Cómo sanar las maldiciones heredadas?: existen poderosas oraciones de liberación familiar

 

A través de la familia Dios derrama su gracia, amor y luz en el mundo. A través de la familia aprendemos, o también ignoramos, las difíciles lecciones del amor.

Es a través de la familia que somos bendecidos, pero a veces también podemos ser maldecidos. Y es a través de la familia que silenciosamente, Dios continúa su obra de redención en el mundo.

Sor Lucía de Fátima dijo que la batalla final entre satanás y la Iglesia será por la familia. Y es por eso que en nuestra propia vida estamos viendo cómo se desarrolla este colosal combate.

Y a veces es difícil de ver porque el maligno ataca a la familia de maneras ocultas. A través de pecados que se pasan de generación en generación. Y que son difíciles de detectar porque quien sufre las consecuencias no ha hecho nada malo.

Aquí hablaremos sobre cómo se manifiestan los pecados que llegan a la persona como herencia de las generaciones pasadas, cómo la Biblia nos orienta para combatirlos, y te indicaremos las oraciones del Padre Javier Luzón para la sanación intergeneracional.

Dice el Antiguo Testamento que Dios hizo pactos con generaciones de familias, a partir de Noé, Abraham, Moisés y David.

En Génesis 17:7, Yahvé le dice a Abraham: “Estableceré mi alianza entre yo y tú, y tus descendientes después de ti, de generación en generación, como una alianza perpetua, para ser tu Dios y el de tu posteridad después de ti.”.

Es a través de las generaciones que Dios actúa reproduciendo las bendiciones. Y también el maligno esparciendo pecados, que hay que descubrir y cortar, porque son puertas de entrada para infestaciones, opresiones e incluso posesiones.

Cuenta un sacerdote que en una ocasión, lo contactaron porque una anciana comenzó a hablar con una voz que no era la suya, y utilizando vocabulario que no era propio de ella.

Tanto que un familiar la vigilaba por la noche, porque ya no podía quedarse sola. El sacerdote fue a la casa y, al entrar, sintió una presencia pesada, casi como claustrofobia, pero más intensa.

Leyó oraciones y después de eso, ya no volvió a suceder nada más.

Y cuando habló con la familia, le contaron que hace décadas los niños solían jugar mucho con la ouija.

Ahí estaba la puerta abierta.

¿Pero por qué se estaba manifestando ahora?

Su suposición fue que el enemigo busca al más débil del árbol genealógico, y en este caso, era una persona anciana e indefensa.

Este fue un caso leve, pero el exorcista padre Javier Luzón, menciona el caso de una señora que era bruja y que había consagrado a sus descendientes a satanás.

Dos chicas quedaron perseguidas porque su tía bisabuela las había consagrado al enemigo.

Él empezó oraciones de liberación. Y cada vez que rezaban se producían unas perturbaciones terribles en la casa.

Él pensaba que la mujer estaba en el infierno, pero le fue revelado que no.

Era una persona que estaba con una afección psicopática tremenda, una persona muy desgraciada que había pasado una vida muy mala, y que había caído en estas cosas, pero que no estaba condenada.

Es un tema discutido dentro de la Iglesia si las maldiciones pasan de generación en generación.

Luzón dice que cuando una persona muere sin haber reparado pecados graves, puede ser que se arrepienta y el Señor le perdone, pero ha dañado a sus descendientes.

Dice que hay ataduras ancestrales, de tipo espiritual, que son derechos que tienen los demonios para dañar a los descendientes de la persona que hizo algo especialmente grave.

Y se remite a la escritura.

Luzón explica que en el libro del Éxodo 20:6, dice que las cosas buenas de los padres repercuten en los hijos hasta mil generaciones.

Mil es un número de plenitud, por lo tanto, quiere decir que lo bueno no se pierde jamás, siempre va a quedar para los descendientes.

En cambio Dios ha puesto un límite a la maldad gracias al sacrificio de Cristo. Deja pasar el castigo en forma limitada.

Éxodo 20: 5 dice “… yo, Yahvé, tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la maldad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me odian”.

Y este principio se repite también en otros pasajes como en Éxodo 34:7, Números 14:18 y Deuteronomio 5:9.

Lo cual subraya que la consecuencia del pecado puede repercutir en las generaciones siguientes.

Y que Dios ha puesto el límite de 4 generaciones a los ataques que puedan recibir los descendientes, por los pecados muy graves de los ancestros.

Pero cuidado, esto no significa que todo mal que haya, proceda de los antepasados.

En Juan 9:1 le presentaron a Jesús un ciego de nacimiento y le preguntaron: “¿Quién pecó, él o sus padres?”. Y Él dijo: “Ni él ni sus padres”.

En ese caso no había una herencia ancestral. Pero en otros casos sí puede haberla.

Y por eso dice Luzón y muchos exorcistas más, que hay que rezar por los antepasados, para romper las ataduras que pueda haber hasta la cuarta generación.

Porque han podido cometer errores muy graves, que no solamente les han perjudicado a ellos en el momento de morir, sino que han ocasionado daño a sus descendientes.

En resumen, en la Biblia se dice que no todo procede de los antepasados, pero sí pueden ocasionar daños a sus descendientes.

Una persona puede ser un instrumento de bien para su descendencia, pero también una persona puede ser un instrumento para el mal, afectando a toda su familia.

Por eso es necesario cortar esas cadenas intergeneracionales del mal.

Cuando rezamos por nuestros antepasados, lo que estamos haciendo es liberar a toda la familia de esas ataduras que el enemigo utiliza para dañarla.

A veces ha habido consagraciones a satanás, o personas que han arruinado a su familia, suicidios, adulterios, o pecados especialmente graves que pueden crear una atadura.

Lo que hay que hacer es sanar el árbol genealógico.

Y se hace a través de sufragios como la misa, la oración, el ayuno y la abstinencia, obras de caridad, indulgencias.

Y en los casos más difíciles hay que hacer oraciones de liberación. El Padre Luzón dice que las Oraciones de Liberación tienen tres partes.

Primero, se ofrece una misa por cada una de las generaciones paternas y por cada una de las generaciones maternas.

Luego, se realiza la oración de sanación intergeneracional, y se acaba con el rosario.

Dice que esta oración de sanación intergeneracional conviene prepararla con una oración de protección, porque suelen ser oraciones fuertes, en las que a veces se sienten perturbaciones.

Dice además que estas oraciones de liberación no se pueden hacer solos. Es fundamental que el ministro esté apoyado por la oración de muchas personas.

Hay que pedir a mucha gente que rece, sin dar detalles específicos, por discreción.

Es fundamental también que las personas que acompañan el proceso de liberación estén firmes en la fe, que vivan en gracia, que participen de los sacramentos y, sobre todo, que no tengan miedo.

Y otra cosa importante es la perseverancia, porque el proceso de liberación es largo.

La liberación es un proceso, y cada oración, cada misa, cada sacramento va debilitando el poder del enemigo.

En la descripción del video te dejo el link al pdf que contiene las oraciones de liberación del padre Javier Luzón: https://www.lasseispuertas.com/uploads/1/1/0/9/110988919/oraciones_las_seis_puertas_espa%C3%91ol_18_feb_2023.pdf 

 

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