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"Con 70% de vacunación y merma en la circulación viral, se podrá relajar el uso del barbijo"

"Decir que lo peor ya pasó me parece que es una sentencia que no debería tomar el Gobierno", advierte el funcionario ante la actual baja de contagios. "Nuestro plan económico apunta a la producción y al empleo", afirma. Sin confirmar el pago de u$s2.400 millones que vencen el 30 de julio ante el Club de París, asegura que "no queremos una negociación rápida. Queremos una negociación buena para los intereses de la Argentina".


Periodista: Argentina superó los 20 millones de dosis de vacunas recibidas; ¿lo peor de la pandemia ya pasó?

Santiago Cafiero: Argentina recibió 20 millones de vacunas en un momento de muchísimas dificultades internacionales, y cuando uno hace un corte sobre los países que recibieron y los que están muy atrás, se ve que hay un corte casi simétrico entre el hemisferio norte y los países pobres o en desarrollo. Ahí se ve que hay una gran desigualdad en el acceso a la vacuna. Tal es así que el Presidente desde el año pasado, cuando participó del G20, planteó la necesidad de que esto no ocurriera y tener una mirada colaborativa, cooperativa, respecto al acceso a la vacuna para todos y todas. Y el papa Francisco también termina pidiendo una mirada más solidaria en relación con la vacuna. A su vez, la recuperación económica también agrega un horizonte de esperanza y de que vamos a estar mucho mejor. Pero decir que lo peor ya pasó me parece que es una sentencia que no debería tomar el Gobierno. Lo cierto es que este virus va y viene. Tiene oleajes, como fuimos aprendiendo y comprendiendo, y creo que tenemos que tener toda esa comprensión que tuvimos el año pasado. Y lo que va de este año también.


P.: Habla de oleajes, ¿el Gobierno estima que llegará una tercera ola con el inicio del invierno?

S.C.: El Gobierno va permanentemente haciendo análisis con los epidemiólogos, con los cuerpos de expertos… Se ha demostrado que las medidas son duras, pero sirven. El confinamiento es una medida dura, pero sirve; de esa manera pudimos torcer una tendencia que venía con un crecimiento exponencial y que nos ponía en serio riesgo de colapso sanitario, que es lo que nosotros evitamos hasta aquí, producto de la ampliación de las unidades de terapia intensiva que se hicieron el año pasado y este año, incluidos los 12 hospitales modulares y más de 200 obras.

P.: Pedro Sánchez anunció el fin del barbijo obligatorio en espacios abiertos en España. Lo mismo Estados Unidos e Israel; ¿cuándo estima que pasará eso en Argentina ?

S.C.: Nosotros tenemos el 30% de la población argentina vacunada con al menos una dosis. Esos países que tomaron estas medidas están alrededor del 50%. Yo creo que nosotros podemos mirar con mucha expectativa eso. Para que se pueda dar esa posibilidad, se deben producir dos condiciones al mismo tiempo: una merma importante de la circulación viral y una cobertura, al menos, superior al 70%. En la medida en que exista alta circulación viral, una mayor cobertura de vacunación por sí sola no garantiza las condiciones para dejar de usar el barbijo, ya que en esas circunstancias hay que sostener todas las medidas de cuidado. Los países que han avanzado en un relajamiento tienen más del 50% de su población vacunada, en algunos casos el 70% con ambas dosis. En el hemisferio norte, a la cantidad de vacunados se suman las temperaturas más altas, el verano, y el cierre estricto que se realizó durante el invierno, que garantizó una circulación viral baja.

P.: ¿Para las fiestas de fin de año se alcanza ese objetivo?

S.C.: No sé, yo creo que ponerle fecha no es lo adecuado. Nosotros tenemos que tener un objetivo de vacunación y que se cumplan los 21 días para que esa persona esté inmunizada. Pero nosotros nos entusiasmamos con lo que pasa en el hemisferio norte porque ellos arrancaron una campaña de vacunación a partir del acceso que tuvieron a la vacuna, empezaron con más velocidad. El promedio mundial de vacunados está alrededor del 20%, el promedio en América Latina es alrededor del 22% y Argentina está en 30% al menos de una dosis de la vacuna. Nosotros tenemos que trazar un horizonte de vacunación, no de calendario. Lo que nosotros necesitamos es superar ese 50%. Si superamos ese 50%, vamos a tener una situación muy distinta en relación con la pandemia. ¿Cuándo se cumplirá ese objetivo? Bueno, la llegada de vacunas es importante a pesar de las vivencias personales. Hoy hay que preguntar si cada uno de nosotros conoce a alguien mayor de 60 años. Si conocés a alguien de esa edad, seguramente está vacunada. Y si no está vacunado, puede ir a vacunarse sin turno. Y si no, es porque no se quiere vacunar. Pero en general tenemos al 90% de mayores de 60 años con al menos una dosis aplicada.

P.: Mauricio Macri admite que su Gobierno fue uno de los más débiles de la historia; ¿cómo define al Gobierno actual?

S.C.: Es un Gobierno con una fortaleza muy significativa porque arrancó con dos años de recesión y una crisis de deuda no sólo pública sino también de empresas y familias. Con una caída franca en 2018 y 2019 en pymes y comercios, además de la actividad económica. A eso se le sumó la pandemia y hubo que gestionar desde ahí. Así que este Gobierno tiene una gran fortaleza, pero no vinculada con lo punitivo o imponer su mirada. Es un Gobierno fuerte de desde lo moral, a la hora de llevar adelante las medidas del Presidente para cuidar la salud y el ingreso de las familias, además del trabajo. Hay una agenda de cambio de prioridades que apunta a avanzar hacia un modelo de producción y de empleo, a pesar de la pandemia. Y a pesar de que venimos de tres años en los que Argentina no crece. Y este año el país va a crecer.

P.: Sin embargo, el Gobierno presenta algunas dificultades para concretar medidas. La reforma judicial sigue parada y tampoco se logró aprobar la ley de emergencia sanitaria…

S.C.: Es que la oposición está pensando en la próxima elección, entonces buscan generar algún título periodístico y mostrarse disonante para intentar captar algún voto de la grieta. Quieren seguir engrietando a los argentinos y argentinas. Nosotros, en cambio, siempre proponemos un diálogo político, franco, democrático, donde se contrasten proyecto e ideas. De eso se trata el juego democrático. Las discusiones pendientes deberán madurar, pero nosotros siempre actuamos conforme a los valores democráticos y republicanos. Todos esos proyectos los enviamos al Poder Legislativo para que se debatan y se perfeccionen. La oposición puede hacer aportes en ese ámbito, pero cuando sólo hay obstrucción lo que se está buscando es ese juego electoral.

P.: Que la oposición tenga un liderazgo tan difuso, sin un líder claro, ¿le dificulta al Gobierno la búsqueda de un interlocutor para lograr acuerdos o eso es una ventaja?

S.C.: El líder de la oposición es Macri. Pero el Gobierno tampoco puede demorarse en explicar todas las mentiras de la oposición. Este es un Gobierno que tiene que actuar y llevar adelante una agenda de recuperación económica y de cuidado de la salud. El desafío del Gobierno no es ser sommelier de la oposición. Como dijo Cristina hace muy poco: vamos por el camino adecuado, vamos a volver a ser felices. Ahora estamos transitando un camino y el camino presenta dificultades, pero entre todos las vamos a superar. Me parece que es un mensaje muy esperanzador de la vicepresidenta.

P.: La inflación de mayo fue 3,3%, pero el acumulado de los últimos 12 meses trepa al 49%. En el Presupuesto 2021 el Gobierno fijó una meta del 29% de inflación que quedó pulverizada. ¿Ya fijaron una nueva meta más realista para este año? ¿Qué está haciendo mal el Gobierno en materia de combate a la inflación?

S.C.: Para nosotros siempre fue central ir alineando las expectativas. Acá ya estuvieron los que irresponsablemente vendieron espejitos de colores con la inflación, con anuncios y marketing político. Para nosotros es un trabajo diario y permanente que definimos como multicausal; las otras recetas ya fracasaron. Nosotros abordamos la inflación con distintas variables y accionando programas relacionados con eso. Algunos son a partir de acuerdos de precios y salarios, también hay programas específicos con precios de referencia como Precios Cuidados o Súper Cerca, con precios en paquetes para comercios minoristas, el acuerdo parlamentario para aprobar la ley de góndolas. Pero también es fundamental continuar con la estabilización macroeconómica, todo eso tiene que estar coordinado. Los números de la inflación no son los deseables, naturalmente, pero más que explicarlos tenemos que seguir accionado. Logramos revertir en mayo la tendencia al alza que había empezado este año hasta marzo. Pero siguen siendo números muy altos que tenemos que bajar. Y esa es nuestra tarea.

P.: ¿Pero actualizaron o no la meta de inflación de este año?

S.C.: No. Lo que nosotros pensamos es que todo esto tiene que ir acompasado con esta multicausalidad de la inflación. No se trata sólo de que el Gobierno presente en un PowerPoint cuánto estima que va a ser la inflación. O cuánto estima que va a ser la inflación en un Presupuesto. Esos son datos que no cambian una inercia inflacionaria o no modifican el comportamiento especulativo de muchos formadores de precios. Eso no ocurre así. Lo que nosotros no queremos es caer en lo que hizo el Gobierno anterior o lo que piden muchos economistas para presentar un PowerPoint caro en la Ciudad de Buenos Aires. Y eso no es un programa de Gobierno, eso son opinadores con un pronóstico que nunca se cumple. Nosotros tenemos una tarea de responsabilidad de la gestión económica. Nuestro plan económico apunta a la producción y al empleo, tan sencillo como eso.

P.: De acuerdo con el nuevo cronograma electoral, estamos a 30 días del inicio formal de la campaña; ¿cómo regula como jefe de Gabinete la tensión entre la tarea de Martín Guzmán de reducir el déficit fiscal y los subsidios frente a otro sector del FdT que pide aumentar la inversión social y el gasto público para atender las demandas sociales?

S.C.: En ningún momento generó tensiones. Nosotros tenemos una perspectiva para todo 2021 de expansión fiscal. Es un Presupuesto que promueve la expansión fiscal, por eso duplicó los fondos de obra pública e infraestructura, amplió las partidas de ciencia, tecnología y salud. Es la expansión de la inversión pública. Hoy hay mas de 1.500 obras públicas desarrollándose en todo el territorio nacional y cuando nosotros llegamos eran aproximadamente 270, y 7 de cada 10 estaban paralizadas. Nosotros como Gobierno estamos garantizando que en Argentina no vuelven los tarifazos. No vuelven los tarifazos. Y de eso se trata. Luego, claro, por ahí a veces se ve que existe cierta tensión en el Frente de Todos. No existe tensión en el Frente de Todos. El objetivo es que no vuelven los tarifazos, es un compromiso político. Desdolarizar las tarifas.

P.: ¿Esta expansión del gasto público interfiere en la renegociación de la deuda con el FMI?

S.C.: No para nada. Nosotros este año tenemos una expansión por afuera del Presupuesto 2021 de $480.000 millones y en ningún momento… eso es algo que nosotros ya hemos estado haciendo. Continuamos ampliando el gasto y la inversión en obras, en inclusión social activa, en programas sociales, y en la contención de los sectores económicos que todavía, producto de la pandemia, no han podido desarrollarse ni volver a reanudarse. Nosotros hoy estamos pagando el sueldo de más de 550 mil trabajadores y trabajadoras. ¿Puede esto estar vinculado a la negociación con el FMI? No, para nada, no han planteado según mi conocimiento ninguna cuestión.

P.: ¿Y qué plantea entonces el Fondo para cerrar un acuerdo?

S.C.: No, bueno, esa es una negociación que está llevando adelante el Ministerio de Economía que durante el año pasado también había mucha ansiedad en que los acuerdos con los bonistas se cierren rápido entonces así la Argentina iba a despegar y de nuevo, la mentira de siempre, iban a llover inversiones. Y lo único que pasó cuando se pensó de ese modo es que la lluvia de inversiones nunca llegaba y llegaban sólo tormentas de endeudamiento. Eso pasaba. Nosotros no negociamos, no queremos una negociación rápida. Queremos una negociación buena para los intereses de la Argentina. Y eso no implica velocidad. Eso implica generar un diálogo constructivo con los organismos multilaterales de crédito, que es lo que existe, y avanzar con una negociación siempre con los intereses de los argentinos y argentinas pode delante.

P.: El 30 de julio el país afronta un vencimiento de deuda ante el Club de París por u$s2.400 millones; ¿el Gobierno estará en condiciones de afrontar el pago o se extenderá el período de gracia?

S.C.: Nosotros estamos, a partir de todas las negociaciones que hizo el Ministerio de Economía y que incluso muchas de ellas las encabezó el propio Presidente, con un diálogo constructivo con el Club de París y ellos han comprendido cuál es la situación real de la Argentina. La situación real de la Argentina es que necesita tiempo para crecer, y ese crecimiento para poder pagar. En ese entendimiento estamos en un buen camino.

P.: ¿Entonces el 30 de julio se podría volver a extender el plazo?

S.C.: Vamos a evaluarlo y a seguir en conversaciones. Pero lo que nosotros planteamos es cuál es la realidad de la Argentina, socioeconómica, y eso fue bien recibido y se pudo trabajar con todos los líderes mundiales. Incluso con el Tesoro de Estados Unidos, que también planteó un apoyo a este trabajo que viene haciendo la Argentina.

P.: ¿Cómo ve la propuesta de la vicepresidenta para una reforma integral del sistema de salud?

S.C.: Lo que sucede ahí es que ya hace tiempo se viene discutiendo sobre el financiamiento del sistema de salud, pero lo discuten todos. Las obras sociales, los sindicatos, lo discuten las prepagas. Y lo discute también el sector público. Ahí entran muchos temas de discusión, no sólo del financiamiento sino también de las prestaciones que se deben dar. Creo ahí que hay una instancia interesante que es la que plantea la vicepresidenta y que ya se viene trabajando, o mejor dicho, se viene discutiendo desde hace tiempo. Con respecto a eso, lo que hace la vicepresidenta es un acto donde se exhibe la integralidad de todo el sistema de salud y cómo se aborda esto. Eso habla más que nada de la coordinación que debe existir, a partir de toda la tensión que hubo en pandemia, entre el sector público y el sector privado. Y en ese sentido me parece que es importante poder evaluarlo. Todas estas son discusiones que se deben dar en nuestro país.

P.: En 2019, el armado electoral del FdT optó por un perfil más moderado con Alberto encabezando la fórmula junto a Cristina. Esa reformulación del peronismo lo llevó a recuperar el poder. ¿Qué tipo de oferta electoral debería presentar ahora ?

S.C.: Seguimos trabajando con la idea de un frente político. Nosotros tuvimos una virtud en 2019 que fue encontrar la unidad en la diversidad. Y eso no lo abandonamos. De hecho, muchas de las críticas que nos hacen algunos medios o integrantes de la oposición tratan de acentuar diferencias que existen en nuestro frente política y acentuarlas como irreconciliables. Y eso no es así. Todos los que integran el Frente de Todos tienen los mismos objetivos. Ir hacia un modelo de producción, empleo, reducción de la pobreza, ampliar derechos, redistribuir la riqueza, ir a mecanismos de recaudación que tengan que ver con ingresos progresivos, que pague más el que más tiene e ir hacia un esquema de mayor solidaridad y justicia social. En definitiva, bien del peronismo. Esos objetivos son compartidos en el Frente de Todos. Después hay miradas distintas sobre cuáles son los tiempos, las velocidades, las incidencias de cada una de esas demandas. Y ahí es cuando nosotros empezamos a mostrar que no todos pensamos los mismo en cuanto a esas incidencias y a esas velocidades.

Santiago Cafiero

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