Un estudio a nivel país, con participación de un investigador de la UNNE, evaluó la prevalencia de la infección por el Virus del Papiloma Humano (HPV) y su distribución tipo-específica en mujeres de 15 a 17 años, sexualmente activas y no vacunadas. La frecuencia global de infección fue del 56,3%, y el 42,2% de los casos positivos presentó algún genotipo de alto riesgo oncogénico. El estudio en adolescentes no vacunadas será determinante para la comparación con la prevalencia en mujeres vacunadas.
En 2011 se introdujo en el Calendario Nacional de Vacunación de Argentina una vacuna bivalente contra el Virus del Papiloma Humano (HPV, por sus siglas en inglés) tipo 16 y 18, para ser aplicada en niñas de 11 años.
Como un criterio de valoración temprano para evaluar los programas de vacunación, se propuso la monitorización de los cambios en la prevalencia de infección por este virus HPV en las adolescentes, sin embargo, los datos sobre prevalencia del HPV en la población joven eran limitados.
En ese sentido, a nivel país se llevó a cabo un estudio con el objetivo de determinar la prevalencia de la infección por el HPV y su distribución tipo-específica en mujeres de 15 a 17 años, sexualmente activas y no vacunadas.
El estudio contó con la participación del Dr. Gerardo Daniel Deluca, investigador y docente de la Cátedra de Microbiología de la Facultad de Medicina e investigador del Instituto de Medicina Regional de la Universidad Nacional de Nordeste (UNNE).
Participaron además investigadores del Servicio Virus Oncogénicos del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas - ANLIS ‘‘Dr. Malbrán’’; el Laboratorio de Biología Molecular Aplicada de la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales de la Universidad Nacional de Misiones; el Instituto Nacional de Medicina Tropical-ANLIS ‘‘Dr. Malbrán’’ de Puerto Iguazú, Misiones; y la Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles, Ministerio de Salud de la Nación.
Para el estudio se colectaron 1.073 muestras cervicales para la detección y tipificación del HPV mediante la técnica de PCR BSGP5+/GP6+-hibridación reversa en línea (RLB).
Sobre 957 muestras finalmente analizadas, la frecuencia global de infección fue del 56,3%, según se destaca en los resultados de la investigación publicada recientemente en la Revista Argentina de Microbiología.
De ese 53,6% de casos positivos, el 42,2% presentó algún genotipo de alto riesgo oncogénico (HPV-AR) y un 30,8% al menos un genotipo de bajo riesgo oncogénico (HPV-BR). El 20,0% y el 36,3% fueron infecciones simples y múltiples, respectivamente.
Los HPV-AR más prevalentes, de mayor riesgo oncogénico, fueron HPV16 (11,1%), HPV52 (10,8%), HPV56 (8,3%), HPV51 (7,4%), HPV58 (7,3%) y HPV31 (7,1%). La prevalencia conjunta de HPV16/18 fue del 15,2%.
Según la conclusión principal del estudio, los HPV (en especial los HPV-AR) son muy frecuentes en adolescentes jóvenes sexualmente activas, con un rápido aumento de la prevalencia tras el comienzo sexual.
Sobre los resultados de la investigación, el Dr. Gerardo Deluca, consultado por el Departamento de Comunicación Institucional del Rectorado de la UNNE, señaló que el estudio realizado será importante para la comparación con otro estudio en marcha que refiere al análisis de prevalencia y distribución de virus del HPV en mujeres que sí se vacunaron.
“Al comparar en profundidad ambos estudios, se podrá determinar el grado de eficiencia de la vacunación” indicó el bioquímico de la UNNE.
Agregó además que la prevalencia tipo-específica basal registrada podrá servir para monitorizar cambios en la prevalencia de los tipos vacunales y no vacunales en el tiempo.
Explicó que el principal beneficio de la vacunación contra el VPH es la prevención de las infecciones del cuello uterino y otras infecciones asociadas al VPH menos comunes, lo cual tomará décadas para ser visto o identificado, y por eso una serie de resultados previos están siendo monitoreados para una evaluación del impacto de las vacunas contra el VPH, principalmente en adolescentes jóvenes.
La evidencia a corto plazo de la efectividad del programa de vacunas es crucial para alentar planificaciones gubernamentales y para mantener y mejorar los servicios de vacunación contra el VPH.
En ese sentido, dado que no existían datos sobre la carga del VPH en adolescentes mujeres en Argentina, es que se dispuso realizar el estudio para determinar la prevalencia de VPH de tipo específico en muestras servicovaginales de adolescentes sexualmente activas, no vacunadas, de 15 a 17 años.
En conclusión, este es el primer informe en Argentina sobre el VPH cervical distribución del genotipo que involucra a adolescentes sexualmente no vacunadas y uno de los pocos estudios existentes en el mundo centrándose exclusivamente en este grupo de edad.
“Estos datos proporcionan una base importante para comparar futuros cambios en la prevalencia general y específica del tipo de VPH después de la vacuna contra el VPH” remarcó el Dr. Deluca.
Agregó que las vacunas contra el VPH no impactan sobre las infecciones que están presentes en el momento de la inmunización, por lo que el hecho de que el 15% de las niñas que participaron en este estudio ya estaban infectadas los tipos por HPV16 /18, del alto riesgo oncogénico, sustenta la decisión de las autoridades sanitarias locales de vacunar a una edad temprana, antes del debut sexual.
EL VPH
El Virus del Papiloma Humano (VPH) es el más común en infecciones virales de transmisión sexual.
Más de 200 tipos de VPH han sido identificados y reconocidos oficialmente por el Centro Internacional de Referencia del Virus del Papiloma Humano.
Dado su potencial oncogénico y relevancia clínica, aproximadamente 40 tipos de VPH dentro del género Alphapapillomavirus se subdividen a grandes rasgos en “alto riesgo” (HR) y VPH de “bajo riesgo” (LR).
Según la clasificación de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC-OMS), los tipos de VPH 16, 18, 31, 33, 35, 39, 45, 51, 52, 56, 58 y 59 son cancerígenos para los seres humanos, estando etiológicamente asociados con más del 98% de los cánceres de cuello uterino (CC), 70-90% de los cánceres anal y vaginal, 40% de los cánceres de vulva, 47% de los cánceres de pene y 25 a 30% de los cánceres orofaríngeos cánceres.
En Argentina se diagnostican alrededor de 4.500 nuevos casos de cánceres de cuello uterino (CC) cada año, y casi la mitad de las mujeres afectadas mueren.
Al respecto, la introducción de las vacunas contra el VPH ofrece una valiosa herramienta para prevenir cánceres de cuello uterino.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la inclusión de la vacuna contra el VPH en los programas nacionales de inmunización dirigidos principalmente a niñas de 9 a 14 años, antes de convertirse en sexualmente activas, y como objetivo secundario, mujeres de edad ≥15, o hombres (solo cuando sea factible y rentable, y sin desviar recursos de la población primaria programa de vacunación).
Para prevenir CC, en octubre de 2011 Argentina lanzó el programa de prevención del VPH, incorporando una vacuna bivalente contra el VPH, con un calendario para niñas 11 años de edad, nacidas después de enero de 2001.
Esta intervención también implicó reforzar el cribado de CC en mujeres de edad 30-64 como estrategia de prevención secundaria, mientras que gradualmente se concretara la introducción de la prueba del VPH 3.
En 2014, el programa cambió a la vacuna tetravalente, y se extendió a hombres y mujeres de 11 a 26 años que viven con el VIH e individuos trasplantados con un esquema de 3 dosis (0, 2 y 6 meses).
En 2015 el número de dosis se redujo a dos y dos años después, la vacunación se extendió a los niños de 11 años nacidos después de 2006.
Desde la primera generación de vacunas contra el VPH (bivalentes y tetravalente) protege contra algunos, pero no todos los tipos capaz de causar cánceres asociados, monitoreando tanto el efectos positivos y negativos de estas vacunas en otros VPH tipos es fundamental para evaluar su impacto en la población.
Los datos sobre la distribución del VPH de tipo específico pueden ser útiles para evaluar los beneficios adicionales de las vacunas, como ser cruzar protección contra tipos distintos de vacunas e inmunidad colectiva, y para monitorear fenómenos adversos poco probables como el tipo reemplazo.