Científicos del mundo investigan a los animales domésticos y también a la vida silvestre para saber dónde se esconde el coronavirus y si podría resurgir.
Científicos de todas partes del mundo se encuentran en pleno proceso de investigación de los animales para frenar cualquier tipo de transmisión de coronavirus o de una nueva pandemia que pueda surgir en los próximos meses.
Hace poco, se difundió la noticia de un visón salvaje aparentemente sano que dio positivo en SARS-CoV-2 en Utah, Estados Unidos, y alertó a miles de especialistas e infectólogos.
Por este caso y varios estudios, analizan varias especies para evitar mutaciones que luego resurgen en los humanos incluso cuando la pandemia de coronavirus haya terminado.
En este sentido, un reservorio de Covid-19 en animales salvajes podría convertirse en una fuente de nuevos brotes. Sin embargo, los expertos también estudian especies domésticos y cautivos como perros, gatos hasta pumas y gorilas en zoológicos.
Aunque los investigadores están emnos preocupados por los brotes virales en animales domésticos y de granja porque tales erupciones pueden mantenerse bajo control, a diferencia de los animales salvajes.
Entonces, si no se controlan estos posibles focos. No hay esperanza de erradicación”, expresó Sophie Gryseels, bióloga evolutiva de la Universidad de Amberes, Bélgica.
“En teoría, el virus podría evolucionar a medida que circula entre los animales, posiblemente de formas que amenacen la eficacia de las vacunas o hagan que el patógeno sea más mortal e infeccioso para las personas”, argumentó Arinjay Banerjee, investigador de coronavirus en la Universidad McMaster en Hamilton, Canadá.
Y por su parte, artin Beer, virólogo del Instituto Federal de Investigación para la Salud Animal en Greifswald, Alemania, expuso: “En un año, los científicos han recopilado tantos datos sobre la susceptibilidad de diferentes especies al SARS-CoV-2 como los acumulados durante los últimos 50 años para la influenza”.