Usuarios correntinos de Uber afirman que algunos conductores de la aplicación discriminan o dejan plantados a quienes solicitan el servicio desde zonas periféricas de la ciudad o para llegar a esos lugares. También, plantean que la aplicación cobra tarifas poco claras que suelen superar las de remises o taxis.

Como reflejó ayer EL LIBERTADOR, la polémica aplicación móvil de origen estadounidense que ofrece servicios de movilidad a través de automóviles particulares y que ya está en más de 10.000 ciudades del mundo, es cada vez más utilizada en la ciudad de Corrientes, donde opera pese a no tener habilitación municipal.

La expansión del uso de Uber se sostiene en supuestas ventajas con las que se publicita, como la seguridad de poder identificar a los choferes y que el viaje sea monitoreado por GPS en todo momento. También, es bien vista la posibilidad de conocer la tarifa antes de comenzar el viaje y los precios bajos durante algunas franjas horarias.

Testimonios

Pero pese a esas presuntas virtudes, no son pocos los vecinos de la ciudad de Corrientes que tuvieron malas experiencias con la aplicación y sus conductores. Ejemplo de esto son las situaciones que le relató a este medio una joven llamada Antonella, que se definió como una «ex usuaria molesta».

«Yo vivo en el barrio Ponce y casi siempre uso remis; una o dos veces por día, al menos», comentó Antonella, para luego explicar que muchas veces intentó utilizar la aplicación porque «hay horarios en los que existe una buena diferencia entre Uber y los remises».

Siguiendo con su relato sobre los «Ubers» correntinos, dijo: «Los tipos me aceptan el viaje en la app y cuando ven que es desde el centro al Ponce me cancelan porque ‘están en un desafío'».

Los «desafíos» de los que habla la joven son metas de cantidad de viajes que la app les pone a sus conductores durante ciertos horarios a cambio de dinero extra.

«Me pasó dos veces que me subí al auto y ahí recién vieron que es hasta mi barrio y me hicieron bajar. Otros cancelan sin siquiera darme motivos, pero es por la distancia. Uber refuerza el concepto de que sólo la gente del centro puede usar el servicio», cerró Antonella.

Otra usuaria llamada Nerea, que suele utilizar el servicio, mencionó que «nunca es el mismo precio, todo el tiempo cambia, y eso que yo me muevo por los mismos lugares, siempre».

En esa misma línea, un correntino llamado Milton relató en Twitter su experiencia con la app durante el último fin de semana. «Anoche quisimos pedir un Uber, pero nos quería cobrar 1.350 pesos. Pedimos un remis que vino en cinco minutos, manejó en silencio todo el camino y nos cobró 320», escribió.

Vale recordar que Uber no tiene tarifas fijas por distancia o tiempo, como los taxis y remises, sino que calcula el precio con un algoritmo que tiene en cuenta la oferta y la demanda. De esta manera, en los horarios pico, como puede ser la noche de los fines de semana, el valor del viaje sube sustancialmente, llegando a superar lo que puede cobrar un remis o un taxi.

Otra queja muy frecuente entre los usuarios o ex usuarios es que los móviles nunca llegan pese a que la app indica que aceptaron el viaje. Esta situación pasa frecuentemente en zonas que están fuera de las cuatro avenidas y en los horarios de mayor demanda.

Por último, es común que los conductores les pidan a sus pasajeros que se sienten adelante o que se hagan pasar por familiares si son sorprendidos por un control de tránsito, situación que puede incomodar a los usuarios.