“Las parasitosis gastrointestinales (PGI) son uno de los mayores problemas de los sistemas productivos ovinos en las regiones templadas, subtropicales y tropicales. Estas provocan pérdidas económicas debido a la disminución de la producción, elevados costos de tratamientos y la muerte de animales”, explica la Dra. Bibiana Cetrá, del INTA Mercedes, y detalla que la especie Haemonchus spp. es el parásito más difundido y que mayores perjuicios produce.
El control de las parasitosis está tradicionalmente basado en el uso de drogas antiparasitarias, sin embargo, esto resulta cada vez menos efectivo debido a la resistencia a las drogas que desarrollan los parásitos. Además se debe tener en cuenta los residuos de los productos antiparasitarios que pueden quedar en la carne y la leche.
En ese escenario, en noviembre pasado en la Sociedad Rural de Mercedes, Corrientes, se presentó la evaluación genética para resistencia a las parasitosis en ovinos, una alternativa que el INTA comenzó a explorar hace doce años y que involucró a la Estación Experimental Agropecuaria Mercedes, el INTA Castelar y las unidades experimentales del INTA Anguil, Balcarce, Concepción del Uruguay y Paraná.
El equipo de investigación y transferencia, apuntó al desarrollo de protocolos de trabajo para la evaluación de ovinos/majadas genéticamente más resistentes a las parasitosis gastrointestinales en diferentes unidades experimentales y con diferentes razas.
Hace tres años que INTA Mercedes realiza este protocolo con productores cabañeros de la zona, con muy buenos resultados. Se trata de un protocolo altamente confiable para identificar machos y hembras más resistentes y resilientes.
Para el tratamiento de las parasitosis, además de los antiparasitarios existen prácticas complementarias orientadas al control integrado de parásitos, como el manejo de los potreros y de las majadas, el uso de taninos condensados y dosificaciones estratégicas, entre otras.
Durante un primer período, el INTA trabajó majadas y razas Corriedale; luego se trabajó con las razas Ideal, Texel y Pampinta. “Se encontró una gran variación entre los animales con mayor resistencia y/o susceptibilidad a las parasitosis. Esto permitió la selección de animales más resistentes y con mayor peso y otros rasgos tales como calidad y cantidad de lana, a partir de los cual se construyen índices de selección que compatibilizan esas características productivas con la resistencia a las parasitosis”, explicaron. Clarín