Ocurre en Santo Tomé donde el intendente (UCR-ECO) había creado un nuevo tributo municipal para levantar la recaudación, pero los comerciantes se opusieron y finalmente acordó que paguen “lo que puedan”.
Se trata de la tasa Control, Salubridad e Higiene que el jefe comunal reducirá de un 4 por mil a un 0,2 por ciento. Y con lo recaudado, según el compromiso del intendente, se creará un fondo especial o fideicomiso particular con la idea de mejorar el aspecto comercial, edilicio, o general del casco céntrico.
La tasa creada a mediados de año empezó a regir desde octubre pasado pero con mucha resistencia de los comerciantes, quienes expresaron la imposibilidad de pagar una nueva tasa ante la caída de las ventas y el encarecimiento de productos y servicios por la escalada inflacionaria.
Los comerciantes de la comuna ubicada sobre la costa del río Uruguay ya habían tenido diferencias con el intendente local, debido a otra ordenanza, que prohibía estacionar en el microcentro entre las 7 y las 19 los días hábiles. Esa medida también fue anulada por parte del jefe comunal ante las quejas de comerciantes.