El aparato no fue encontrado y está apagado desde la mañana del sábado. La víctima tenía dinero en el bolsillo del pantalón. En la vivienda no había desorden o señales de lucha.
La Policía confirmó ayer que el teléfono celular de Luis Walberto Morales, el hombre de 63 años asesinado a puñaladas en su casa del capitalino barrio Fray José de la Quintana, no fue encontrado y presumen que se lo llevó el homicida.
Aunque ese aparato de comunicación faltaba de la escena del crimen, la hipótesis de un homicidio en ocasión de robo sería, al menos en principio, la de menos fuerza.
En un bolsillo del pantalón de Morales había una suma aproximada a 5 mil pesos en efectivo. Todo lo demás, electrodomésticos, ropas, muebles, entre otros, estaban en su lugar.
Para los encargados de la investigación, la sustracción del celular podría ser una acción de él o los delincuentes para "no dejar rastros". En este sentido daban como posibilidad que la víctima conocía a su agresor.
A la vez, mantienen la lupa sobre la pista de un posible vínculo entre la actividad de prestamista de Morales y su asesinato. "Prestó plata a algunas personas".
El arma blanca empleada para asestar la decena de puñaladas al sexagenario tampoco fue hallada. En tanto, las pericias determinaron que no existió violencia en abertura alguna. La puerta de acceso principal y una reja que comunica a la calle fueron abiertas con sus respectivas llaves.
Los vecinos a quienes indagó la Policía aportaron datos de "poca relevancia". Nadie escuchó o vio a extraños.
El homicidio habría ocurrido el sábado a la madrugada y fue descubierto bastantes horas después, a eso de las 21:15, por un hijo de Morales también llamado Luis.
Ese hombre indicó que desde la mañana pretendía contactarse con su papá, pero este no contestaba el teléfono.
Por la noche, al darse cuenta de que la situación era anormal decidió concurrir al domicilio del sexagenario situado a un par de cuadras del límite con los barrios Doctor Montaña y Pirayuí y no muy lejos del "Puente Negro".
Apenas pisó la vereda, Luis abrió el portón de reja metálica y puerta que no tenían accionadas la traba de seguridad.
La escena que observó en la cocina fue shockeante. Su padre tirado sobre el piso con numerosas lesiones.
Walberto era empleado de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Nordeste; era separado y vivía solo en el domicilio del complejo "40 Viviendas".
En el barrio los vecinos describieron a Morales como una persona tranquila, sin problemas de convivencia.