Cristina Fernández de Kirchner publicó una carta este lunes en sus redes sociales y se metió de lleno en el debate por el liderazgo y el rumbo político del Partido Justicialista (PJ), que se encuentra en un proceso de internas para definir la cara que conduzca al espacio.
Aunque no respondió de manera taxativa al operativo clamor de algunos dirigentes de su círculo que la propusieron la semana pasada para conducir la principal fuerza de la oposición, hizo un gesto que se pareció mucho a una aceptación: «Quiero decirles que estoy dispuesta, una vez más, a aceptar el desafío de debatir en unidad porque si algo tengo claro también, es que acá no sobra nadie», tuiteó.
«Sin embargo, la unidad necesita dirección y proyecto para construir el mejor peronismo posible en una Argentina que se ha vuelto imposible para la mayoría de sus habitantes. Lograr ello no es un objetivo en sí mismo, sino concebir a nuestro partido como el instrumento que debe dar el primer paso para reagrupar a todas las fuerzas políticas y sociales detrás de un programa de gobierno que devuelva a esta Argentina sumida en la crueldad y el odio de los necios, la esperanza y el orgullo de ser argentinos», concluyó.
ENDEREZAR Y ORDENAR
A su vez, la ex mandataria aprovechó para reflexionar sobre el presente del movimiento en esta compleja realidad política. «Así las cosas, hoy el peronismo sólo gobierna 5 de las 23 provincias argentinas y perdió la mayoría en la Cámara de Senadores; siendo esta una situación de pérdida de representación institucional inédita en el período democrático. Más allá de eso, el peronismo sigue siendo la fuerza con mayor cantidad de diputados y senadores nacionales y ello exige, por comprensión histórica y responsabilidad política, su propia reconstrucción abordando todas y cada una de las nuevas demandas sociales», planteó.
«Está claro que hay que enderezar lo que se torció y ordenar lo que se desordenó. Esto plantea la necesidad de crear un ámbito de discusión y participación que hoy no existe y que su ausencia sólo genera confusión y vacío. No tengo dudas que, en esta etapa, el partido es el lugar más apropiado para desarrollar el continente que genere el contenido y que este, además, tenga dirección y objetivos», aseguró como premisa interna.
«Debemos aceptar que nada está grabado en piedra y que todo debe ser repensado y discutido. En el documento del 6 de septiembre señalamos algunas cuestiones: modificación de las relaciones laborales y su impacto, nueva estatalidad para un nuevo Estado, reversión del déficit fiscal y cómo hacerlo, revisión y reforma de la educación pública, seguridad, modificaciones en la comunicación social, etc», apuntaló como mensaje de cara a la reconstrucción del peronismo.
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«No solamente eso. Además, vamos a tener que abordar lo que señalamos en el primer documento publicado este año bajo el título ‘Argentina en su tercera crisis de deuda -cuadro de situación- como el principal problema del país en el marco de una economía bimonetaria: su alto nivel de endeudamiento en moneda extranjera’. Al respecto, una breve digresión: debo confesar que me sorprendí gratamente cuando el 28 de septiembre leí, en un reportaje publicado en el diario Clarín, las declaraciones del ex titular del BCRA y ex ministro de economía del gobierno de Menem, Roque Fernández, afirmando que el principal problema de la economía argentina es la deuda», indicó.
«Admito que el desafío es grande y que no basta con los cuadros partidarios; pero también tengo grandes esperanzas: el mes pasado, el peronismo ganó los centros de estudiantes en cuatro facultades de la UBA conquistando, por primera vez desde 1973, la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU), que es la segunda más grande de dicha casa de estudios. Debemos poner en marcha el segundo trasvasamiento, incorporando las nuevas generaciones en los secundarios, universidades, sindicatos, movimientos sociales y, desde ahí, recomponer la presencia en las barriadas populares junto a las iglesias, las sociedades de fomento, los clubes de barrio y todas aquellas instituciones organizadas desde la comunidad», apuntó como el camino a seguir.
LA CARTA DE CRISTINA