Política

Cuando se juega con la comida de la familia municipal

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Suenan casi ridículas las expresiones en defensa de algo ilógico por parte del ministro Chirulo Vaz Torres, quien cambia el eje de la cuestión y responsabiliza al intendente Fabián Ríos de poner de rehenes a los empleados municipales, cuando es él, como lazarillo económico de Ricardo Colombi, quien ejecuta inmediatamente un ahogo económico al Municipio de la Capital, bajo mil explicaciones inentendibles, para nada convincentes, que lo único que tiene de real es que el agente municipal ve zozobrar su cronograma de sueldos y no sabe cómo continuará la historia salarial en 48 horas.

Cuando los haberes, como todo el mundo sabe, tienen una finalidad casi excluyente de destino alimenticio.



Como si las obligaciones estomacales de cada día y los compromisos mensuales que tiene todo asalariado con sus acreedores pueden esperar. Y ni hablar si es que alguno de estos perjudicados por los recortes provinciales, puede sentarse tranquilamente hasta que se terminen los caprichos de un gobernador que se está yendo y en su agónica retirada propina manotazos de ahogado, golpeando a tontas y locas a todo el mundo sin medir las consecuencias.



Está claro que la raíz del problema de este despecho económico y político, nace a partir del rechazo final social y legislativo que ha tenido durante la semana, la engorrosa reforma constitucional que escondía la reelección eterna del gobernador Horacio Ricardo Colombi.



Una vez caído ese engendro institucional, empezó la venganza desde las oscuras oficinas de Salta y 25 de Mayo, para poner en fila a la Municipalidad de Corrientes, de nuevo ahogada financieramente perjudicando principalmente al empleado municipal, como si fuera un castigo a Fabián Ríos por su “deslealtad” a la palabra empeñada (nadie sabe bajo qué circunstancias), según rompió los códigos públicamente el propio Ricardo Colombi.



Después recibió el chicotazo judicial Tato Romero Feris, otro preso de la política judicial, quien mientras se conocía la abstención de su mujer en la legislatura, era notificado que deberá cumplir indefectiblemente una condena de 12 años de prisión, así sea en su propia casa. Algo que lo margina definitivamente de la política y le brinda un mensaje al resto del arco político provincial, porque la reprimenda siempre será tremenda.



Como tremendo es el castigo ilícito que están recibiendo más de setenta comunas correntinas, de representación propia y de ajenas administraciones. Con más razón estas últimas, que no pueden impedir que se les retenga lo que por derecho propio les corresponde, a través de fondos coparticipables provenientes de ANSES. Esta situación ilegal transita su tercer mes de retenciones indebidas, poniendo en juego casi 30 millones mensuales y nadie dice ni explica nada.

Bueno sería preguntarse ¿a dónde van a parar esos fondos? ¿Para qué o por qué se los retienen? Amén de la importante asfixia que se les imprime a las comunas, si se estuviera en tiempos de campaña sería algo más entendible.

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