Tras la publicación de la foto del encuentro social en la quinta presidencial, existe la certeza de que podría circular, al menos, un video del mismo evento.
El Gobierno lleva a cabo hace días una investigación respecto de la filtración de la foto, conocida el miércoles pasado, que muestra al presidente Alberto Fernández junto a la primera dama, Fabiola Yáñez, en el festejo de su cumpleaños, en Olivos, durante el aislamiento obligatorio. Apuntan a los amigos y al staff de la pareja del primer mandatario, y buscan identificar responsabilidades sobre el origen de la imagen, en especial, para adelantarse a la posible publicación de nuevos contenidos, que incluso no descartan que tengan formato de video.
La preocupación del Gobierno escala a medida que se acercan las elecciones legislativas del 12 de septiembre. El escándalo provocó un fuerte impacto en la opinión pública, cuando falta menos de un mes para que el Frente de Todos se someta a la prueba de medio término en las urnas. El panorama, en este contexto, no es alentador. Según un relevamiento de la consultora Management & Fit realizado entre el 13 y el 14 de agosto en el AMBA, 9 de cada 10 personas leyeron o escucharon hablar sobre el tema, y un 76% menciona que la situación es “grave” o “muy grave”.
Después de intentar negar y luego relativizar el festejo en Olivos, finalmente la semana pasada el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y el Presidente salieron a admitir públicamente que el polémico evento, confirmado por una foto que mostró el canal LN+, efectivamente había ocurrido. Por radio y en un acto, respectivamente, dijeron que se trató de un “error” y, aunque con salvedades, pidieron disculpas. De esa forma, también bajaron la línea discursiva oficial a los candidatos para las elecciones de septiembre, quienes repitieron durante los últimos días el mismo argumento.
Pero la estrategia de control de daños no terminó ahí. En paralelo a la táctica frente a la opinión pública, el Gobierno impulsó una pesquisa que apunta, en principio, a verificar si existen nuevas imágenes.
La investigación gira en torno a las personas que participaron del polémico festejo, en junio del 2020. Como publicó Infobae, según los registros oficiales de los ingresos a Olivos, la noche del 14 de julio de 2020, cuando se celebró el cumpleaños, estuvieron en la residencia oficial entre las 21.30 y las 22 y la 1.45 de la mañana del día siguiente Sofía Pacchi, Emmanuel López, Fernando Consagra junto a Rocío y Florencia Fernández, Santiago Basavilbaso, Stefania Domínguez, Federico Abraham y Carolina Marafioti, amigos y miembros del staff de la Primera Dama.
Según pudo reconstruir Infobae, a la fecha hay absoluta certeza en la Casa Rosada sobre la existencia de “nuevas” imágenes -aunque no detallaron en qué consisten- y el Gobierno apunta a prevenir que se publiquen, a averiguar los motivos por los que se difundirían, y, en caso de que “estén circulando”, a descubrir quién o quienes las poseen a la fecha.
Después del cimbronazo desatado la semana pasada, en la Casa Rosada no solo hay preocupación sobre la posibilidad de que trasciendan nuevas fotos y videos -algunos dan por descontado que ocurrirá-, sino también sobre futuros testimonios públicos de quienes participaron en la fiesta íntima en el chalet presidencial.
El grueso de los resultados de la búsqueda se mantenían en reserva, pero distintos funcionarios aseguraron que, en principio, los contenidos audiovisuales corresponden a la misma noche. En un contexto de inquietud por el fuerte daño que sigue provocando la circulación de las fotos por doquier, se mostraron optimistas sobre el hecho de que no se hayan realizado otros eventos, o, en caso de que hayan ocurrido, de que no existan testimonios gráficos.
Internas
Más allá del problema en las adhesiones de los votantes, el caso de las visitas a Olivos generó una convulsión interna que podría tener consecuencias institucionales, aunque en la Casa Rosada lo descartan. El acto de ayer en Avellaneda entre los máximos referentes del Frente de Todos buscó exhibir unidad en medio de la crisis. Pero las últimas palabras de Cristina Kirchner dejaron entrever, al igual que en los últimos días de la semana pasada, que la tensión que se vive en la coalición de gobierno por el escándalo continúa.
Hay presión sobre el círculo íntimo del Presidente de parte del kirchnerismo así como dentro de otros sectores, inclusive en la propia Casa Rosada. Desde distintos flancos critican la violación de la ley de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO), sobre la que se encuentra en curso una causa en la Justicia. Pero también censuran el manejo de la crisis luego de que se conocieran la lista de personas que ingresaron a la quinta presidencial y las fotos.
Los cuestionamientos se hicieron conocer por lo bajo, en declaraciones en off, pero también de manera pública. La semana pasada, el exsecretario general de la Presidencia y actual senador nacional, Oscar Parrilli, pidió durante una entrevista con Radio con Vos “hacer un llamado de atención a los que están al lado del Presidente”. Sus palabras cayeron como un balde de agua fría en la Casa Rosada, donde admitían las presiones.
Ayer, durante la entrega de viviendas en la zona sur del conurbano, Cristina Kirchner se expresó en la misma tónica que su exfuncionario de confianza y exjefe de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). “Alberto, tranquilo. Poné orden en lo que tengas que poner orden, no te pongas nervioso, no te enojes y metele para adelante”, dijo la vicepresidenta en el cierre de su discurso.
Las sugerentes palabras fueron interpretadas de distintas formas en Balcarce 50. En especial respecto del pasaje donde la vice le pidió directamente a Alberto Fernández “poner orden”. Suspicaces, algunos leían el consejo como un reproche -en la línea de Parrilli- y veían los cuestionamientos públicos del kirchnerismo duro al entorno del Presidente como un intento de avanzar sobre puestos clave. Otros descartaron esa hipótesis de plano: “Pueden nombrar ministros y secretarios afines de Cristina. Pero no hay forma de que se imponga a nadie en su círculo íntimo, sería antinatural”, sostuvo un vocero.
En medio de las especulaciones por las fuertes presiones internas, en la Casa de Gobierno resisten cualquier cambio de figuras o de roles y relativizan el planteo del kirchnerismo. “Seguro hay un montón de cosas para arreglar o rever. A veces buscamos interpretaciones donde no las hay”, deslizó un hombre cercano al primer mandatario.
Falta menos de un mes para los comicios legislativos, donde el Frente de Todos busca recibir una muestra de apoyo de la población, vencer a Juntos por el Cambio -aunque sea por un punto-, y eventualmente, afianzar su presencia en el Congreso de cara a la segunda etapa del gobierno de Alberto Fernández. Con la estrategia de comunicación que despliegan desde la semana pasada, con la investigación sobre nuevas filtraciones, y con diálogos permanentes en la coalición de gobierno, en la Casa Rosada buscan minimizar lo máximo posible el impacto de la crisis, tanto desde el punto de vista de la opinión pública, como en el plano político. Infobae